El acusado, en el juicio con jurado, en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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La presidenta del jurado ha pedido a dos policías nacionales que retiren las esposas a José Ignacio Blesa, el acusado por el crimen de Son Cotoner, al inicio de la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Palma.

-Está tranquilo el señor, le pueden quitar las esposas.

Las dos médicas intensivistas que asistieron en un primer momento a la víctima, Illemor Christina Sundberg, de 52 años y nacionalidad sueca, han declarado que no respondía a preguntas. Era la mañana del 13 de julio de 2020. Las facultativas han asegurado que las lesiones cerebrales que presentaba la mujer «eran incompatibles con la vida». Una de las doctoras habló con la hermana de la paciente por teléfono para comunicarle su fallecimiento.

-¿Creen ustedes que el hematoma subdural en el cráneo lo produjo la patada o el golpe que sufrió en la parte posterior de la cabeza?-, ha preguntado el abogado de la defensa a las doctoras.

-Fue el golpe.

Una forense que realizó la autopsia del cadáver de la víctima ha explicado las lesiones cerebrales que sufrió a partir de una serie de fotografías que han exhibido al jurado en el proyector. «La causa de la muerte fue el hematoma subdural, que fue de tal magnitud, que desplazó las estructuras del cerebro hacia un lado».

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El representante del Ministerio Público ha propuesto que se reproduzca un vídeo, de 12 minutos, de la reconstrucción de la brutal paliza que el acusado propinó a su mujer en el piso de un amigo común en el que convivían y que está situado en la calle Joan Muntaner Bujosa de Palma. En las imágenes se observa a la comitiva judicial interrogando a José Ignacio Blesa, custodiado por policías nacionales, en el domicilio.

El fiscal Jaime Guasp ha mantenido su petición de 26 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de malos tratos con las agravantes de reincidencia, género y parentesco. La abogada de la Comunidad Autónoma Georgiana Delfont reclama la misma pena, mientras que el letrado defensor, Mariano Boquera, ha solicitado la absolución de su cliente.

«Imaginen cinco o diez puñetazos propinados en la cabeza de una persona que la tiene pegada al suelo. El propietario del piso describió con total claridad la patada que le dio en la cocina y que provocó que se desplazara dos metros. Entendemos que los hechos son claros porque los describe el testigo. Lo que dice el acusado tiene un valor muy limitado porque puede mentir en el juicio», ha manifestado el representante de Ministerio Fiscal en su informe. «Han pasado casi dos años y, ojo, ustedes vieron las limitaciones que podía tener el testigo, pero con sus dificultades, 'com deim en mallorquí, per ventura no era tot', este señor pudo explicar y explicó lo mismo que dijo en la fase de instrucción y lo que ha dicho entre estas cuatro paredes».

Guasp ha rechazado que Illemor Christina amenazara a José Ignacio Blesa con un cuchillo como dijo este en la primera jornada del juicio con jurado. «Si hubiera habido una lucha con un cuchillo tendría que haber quedado en el suelo, encima de un mueble o a la vista. Los policías que acudieron a la vivienda no vieron ningún cuchillo. ¿Dónde está el cuchillo? Ese cuchillo no existió, sólo en la mente del acusado».

El agresor, ha recordado el fiscal, tiene 13 folios de hoja histórico penal, un historial delictivo como para parar un tren. Blesa es una persona muy peligrosa, antisocial, una persona que no puede estar entre nosotros, que no puede convivir más tiempo en esta sociedad y que a juicio de esta Fiscalía debe continuar en prisión».

El acusado, en el turno de la última palabra, ha pedido una oportunidad al jurado. El dueño del piso, ha dicho el procesado, «es muy manipulador, téngalo ustedes en cuenta. Mi mujer cocinaba, era una buena persona, pero yo también limpiaba la casa. El propietario tenía unos periquitos llenos de mierda y unos hámsters que los estuve limpiando yo y no me dio ni las gracias. No es cierto que yo dijera ojalá te mueras a mi mujer. Quien le consiguió una paga para que pudiera vivir en España, porque su familia pasaba, fui yo. Ella le pegaba mucho a la bebida y el tal dueño de la vivienda miente como un cosaco».

José Ignacio Blesa ha insistido en que él quería a Illemor Christina. «Piensen un poquito, por favor, y denme una oportunidad de estar tranquilo. Si yo no hubiera querido estar con mi mujer no tendría una foto en la cárcel de cuando me casé con ella ni llevaría la alianza que llevo hoy en día. Es muy penosa la cruz que llevo. Ojalá estuviera yo muerto, lo digo con 56 años que tengo. Espero que si me condenan que sea una condena justa y digna».