Tres guardias civiles custodian a uno de los detenidos.    | Alejandro Sepúlveda

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La exnovia del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli ratificó el pasado martes por la tarde ante la jueza de Instrucción 2 de Palma que se sintió espiada durante el verano de 2020 en Mallorca. La declaración, a través de videoconferencia desde Miami, se prolongó durante dos horas y media. La mujer explicó que mantuvo una relación sentimental con el político entre los años 2015 y 2020.

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La denunciante relató que Martinelli le obligó a dejar su trabajo anterior en una galería de arte y le asignó un sueldo mensual de 8.000 euros, aproximadamente, y le pagaba el alquiler de un chalet en Miami. La mujer constituyó una empresa de consultoría legal y trabajó para el expresidente panameño. La exnovia del exmandatario ratificó las denuncias que interpuso en su día y contó que se sentía acosada. Manifestó que Martinelli era celoso, muy controlador, y le hizo perder una gran cantidad de contactos. El verano de 2020, cuando la mujer llegó al domicilio de unos familiares en el Pont d’Inca, observó en las inmediaciones a varios de los investigados en la presunta trama de espionaje. El servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil abrió una investigación tras tener conocimiento de las denuncias interpuestas por la expareja del presidente Panameño.

Trama

Los agentes averiguaron que cuatro guardias civiles, el dueño de una empresa de escoltas y un vigilante de seguridad se habían encargado de seguir a la mujer. Debían «protegerla» por encargo de Martinelli. La víctima detectó los seguimientos a los que estaba siendo sometida, que consistían incluso en la colocación de balizas y geolocalizadores en su coche. Tras descubrir lo que estaba pasando, y que en realidad no eran escoltas, acudió a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y a los juzgados de Palma.