El expárraco de la iglesia de Sant Sebastià Gaspar Alemany, a la salida del juicio, este martes en Vía Alemania. | Guillermo Esteban

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El expárroco de la iglesia palmesana de Sant Sebastià ha negado haber abusado sexualmente de un monaguillo de 21 años en 2020. Gaspar Alemany, en el juicio celebrado este martes a puerta cerrada, ha asegurado que nunca manoseó al joven, que tiene una discapacidad psíquica del 33 por ciento.

El religioso ha contado que el 7 de julio de hace dos años estuvieron juntos y le invitó a una cerveza sin alcohol porque el chico era nuevo en la parroquia. La víctima, asistida por el abogado Pau Cruelles, ha explicado que sufrió tocamientos por parte del hombre, según han informado fuentes jurídicas. Una médico forense ha declarado como testigo que el grado de discapacidad del perjudicado no le impide ofrecer un relato fiable de lo que sucedió. El Obispado de Mallorca apartó a Alemany, exprior de Lluc entre los años 1993 y 2001, tras destaparse este caso.

Pau Cruelles, abogado del denunciante, atiende en Palma a los medios en la entrada de los juzgados. FOTO: G. ESTEBAN
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El Ministerio Público, que reclama un año y tres meses de cárcel para Alemany, recoge en su escrito que el acusado pidió al monaguillo que fuera a la sacristía a recoger un libro. El joven se encontró el ordenador de Alemany encendido con una página pornográfica de contenido homosexual. El expárroco de la iglesia de Sant Sebastià, según la versión de la acusación pública, le entregó el libro y le propuso quedar por la tarde en la casa parroquial.

El monaguillo se presentó a las 18.00 horas y, una vez allí, se sentaron en el sofá. El sacerdote se acercó a él y le puso las piernas encima, según sostiene el Ministerio Fiscal en su relato. Gaspar Alemany intentó tocar con sus pies la zona genital del perjudicado mientras le acariciaba las manos y le proponía hacerle masajes. La Fiscalía indica que el religioso llegó a introducirle la mano por el pantalón, lo que provocó que el joven se marchara del lugar con la excusa de que había quedado con una amiga.

El Obispado de Mallorca abrió una investigación interna e informó a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que empezó sus propias pesquisas. La institución religiosa explicó que enseguida puso en marcha «los protocolos establecidos en estos casos». Alemany era administrador de la parroquia de Sant Sebastià y de la Beat Ramon Llull, ambas situadas en Palma. En aquel entonces también ejercía como profesor ordinario del Centro de Estudios Teológicos de Mallorca y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas. La Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones condenó «cualquier acción como la denunciada» y manifestó su solidaridad con las posibles víctimas del entonces párroco.