El procesado, este miércoles, durante el juicio. Junto a él su hermana, la propietaria de la embarcación. | J.P.M.

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El juicio contra el hombre acusado de arrollar con una lancha a dos jóvenes turistas alemanes en aguas de es Trenc en el verano de 2018 ha arrancado este miércoles en una sala de lo Penal de Vía Alemania, en Palma. La acusación pública solicita para el procesado seis años de prisión y algo más de dos millones de euros de indemnización por dos delitos de lesiones imprudentes. Una de los chicos sufrió la amputación de un brazo y el otro perdió una pierna. El seguro de la embarcación ha consignado 120.000 euros para los dos heridos.

En la primera sesión de la vista, que está previsto que se prolongue hasta el viernes, el imputado, ha defendido su no culpabilidad en lo ocurrido la tarde del 27 de julio. «Iba a unos 20 nudos, la velocidad normal en esa zona, y no vi a nadie, era imposible verlos, iban por debajo del agua ni tampoco nadie me hizo una señal de que por allí había personas nadando. Tampoco colocaron boyas para marcar su posición», ha dicho.

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Una de las víctimas ha señalado que ambos estaban nadando a unos veinte metros de la embarcación en la que se encontraban con varias personas más. «No vimos la barca venir, sabíamos que estábamos fuera de la zona de baño», ha apuntado el joven, al que tuvieron que amputarle una pierna tras el accidente. La hélice les pasó por encima y quedaron malheridos en el mar. El otro perjudicado, que perdió un brazo en el acto, ha descrito lo que recuerda del trágico suceso. «Algo me pasó por encima y vi sangre por todo, también que me faltaba un brazo», ha relatado.

La hermana del principal acusado está también imputada en el procedimiento como responsable civil. Ambos han reconocido que la embarcación la compró el hombre y la puso a nombre de ella porque es socia del Club Naútico de sa Ràpita y así podían amarrar la lancha allí.