El acusado en el juicio celebrado en una sala del Juzgado de lo Penal número 3 de Palma. | Guillermo Esteban

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Un hombre de 86 años fue juzgado este jueves en Palma por rayar la puerta de la casa de su vecina de enfrente. El octogenario negó rotundamente los hechos. «Esta señora siempre me insulta; yo nunca he dañado ninguna puerta», dijo el acusado, con problemas de audición, a apenas un metro del juez de lo Penal 3. La denunciante aseguró que el 27 de abril de 2021 vio por la mirilla de la puerta a su vecino rayando la puerta blindada de su domicilio.

–No hay más preguntas, señoría–, dijo la fiscal.
–¿No? Yo tengo más cosas que contar–, respondió la mujer. La compañía de seguros se hizo cargo del arreglo de la puerta. «Ha habido más problemas. Ha vuelto a rayar la puerta después de arreglarla», insistía la perjudicada.

El juez la interrumpió. «Ya le he dicho cómo funciona el interrogatorio. Si no hay preguntas, no puede intervenir; no puede cortar la palabra porque aparte de ser una norma procesal es una cuestión de educación». La fiscal reclamaba 10.000 euros de multa para el octogenario, pero rebajó su petición a 90 al calificar los hechos de un delito leve de daños. El abogado del hombre, Javier Llop, pide su absolución al considerar que no fue el autor de los rayajos.
–¿Quiere añadir algo?–, preguntó el juez.
–Sí, que dejen de tocarme la puerta cada noche.