Imagen de archivo de los moros y cristianos en Pollença. | M. À. Cañellas

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Un hombre ha sido condenado por dar un rodillazo en el pecho a otro en el simulacro de la batalla de los moros y cristianos de Pollença en 2017. Un juez de Palma le ha impuesto una multa de 1.080 euros por un delito de lesiones. La sentencia sostiene que la agresión «no fue fortuita ni se puede justificar en ninguna costumbre popular».

El acusado, de 46 años, reconoció en el juicio que es experto en muay thai, un arte marcial en la que «los rodillazos en salto son habituales». Fue un golpe «totalmente fuera de contexto» en el que hubo «un evidente exceso que no puede ser admitido. Se trata de un rodillazo realizado por quien sabe darlo y que, por el lugar donde se da, no puede tener otra intención que la de hacer daño».

Un vídeo fue aportado en el juicio como prueba del ataque. «En el segundo 26 se puede observar la embestida del acusado, que no parece que vaya precedida de ningún tropiezo ni empujón y con la que la víctima es literalmente arrollada. El choque es frontal y fortísimo fundamentalmente por la velocidad del acusado y la violencia con la que acomete al perjudicado».

La agresión se produjo tras la arenga de Joan Mas en la fiesta de moros y cristianos. El acusado luchaba en el bando de los moros y la víctima en el de los cristianos. Ambos formaban parte de la primera línea de combate. El agresor, que llevaba una espada, saltó al aire y propinó un rodillazo en el pecho al otro hombre, que cayó al suelo de espaldas. El herido sufrió una contusión pectoral con hematoma y rotura fibrilar, una contractura cervical y una contusión en el quinto dedo de la mano derecha que requirió una férula inmovilizadora. Tuvo que acudir a 14 sesiones de tratamiento rehabilitador a consecuencia de la embestida.

El procesado admitió en el juicio que chocó con el hombre, pero negó que le diera un rodillazo. Afirmó que, aunque en el simulacro no hay reglas escritas, el primer enfrentamiento es con contacto entre moros y cristianos. Hay una primera embestida que, según dijo, debe ser fuerte. El agresor aseguró que no tuvo intención de hacer daño a la víctima y le pidió disculpas. El denunciante, por su parte, contó que el enjuiciado fue directo a él y le dio fuertemente en el pecho con la rodilla.

«No se puede aceptar la tesis del acusado de que no tenía intención de lesionar. El resultado lesivo es previsible y esperable si saltas al pecho de una persona utilizando la rodilla. El vídeo deja poco margen para la duda», zanja el juez.