Concentración tras el crimen de la niña en la capital riojana. | Efe

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La presunta asesina de su hija de 5 años, en un hotel de Logroño en enero de 2020, grabó una veintena de vídeos unos días antes de la muerte de la niña, en los que aseguraba que se encontraba «en plenas facultades mentales» y recalcaba que no estaba «loca», además de asumir la repercusión social y judicial que tendrán los «hechos que han acontecido».

La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado la decimotercera sesión del juicio que se desarrolla con un tribunal popular, que en esta jornada se ha dedicado a la práctica de la prueba documental, con la proyección de los vídeos que dejó grabados la acusada en una tableta. El fiscal, la acusación particular ejercida por el padre de la menor y la acusación popular de la asociación Clara Campoamor piden prisión permanente revisable a la madre como presunta autora de un delito de asesinato; mientras que la defensa sostiene que la autora de la muerte de la niña fue la abuela materna, antes de suicidarse en el río Ebro.

La procesada grabó en su tableta 20 vídeos de diferente duración, pero eliminó 15, que la Policía Nacional recuperó durante la investigación. Todos los vídeos empezaban con el mismo guion: se presentaba con sus nombres y apellidos, insistía que estaba «en plenas facultades mentales» y relataba su relación sentimental con un maestro psicopedagogo, con quien compró un piso en Haro (La Rioja) y tuvo a Carolina en diciembre de 2014.

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Además, la procesada relata que, en junio de 2015, decidió separarse y comenzó el enfrentamiento judicial con su expareja para conseguir la custodia de la niña, que primero tuvieron compartida y después se la concedieron al padre de la menor. La acusada recrimina en sus vídeos a su expareja que no se encargase de atenderla durante su baja paternal y le acusa de haberla engañado con otra mujer, con quien inició una relación sentimental meses después de su separación.

A pesar de subrayar que no tiene «ningún resentimiento» hacia el padre de Carolina, dedica gran parte del contenido de los vídeos a hablar sobre su convivencia y los conflictos mantenidos tras la ruptura. También subraya que ha llegado «a esta situación» por el «estancamiento» vital en el que se encontraba y el «cansancio y malestar» que le ha provocado la sociedad «sin valores ni respeto» en la que vivía.

La acusada recalca que no le falta «ningún tornillo», ni que está «mal de la cabeza ni depresiva»; y que se siente víctima de «maltrato» por el proceso judicial que tuvo que vivir. En los vídeos incide en que es consciente de que especialistas, como psicólogos, analizarán cada gesto que haga, si mueve los ojos hacia arriba, se muerde las uñas o tiene la mirada perdida; y agrega que mucha gente verá las imágenes, «no una, dos, tres o cuatro personas, millones de personas».

El juicio, que comenzó el pasado 28 de enero con la elección de los miembros del jurado, concluirá mañana con los informes de conclusiones de las partes. El viernes, 18 de febrero, la magistrada entregará el objeto del veredicto al jurado, que se retirará a deliberar hasta que decidan el veredicto, que se leerá en la sala de vistas.