Momento en el que uno de los dos detenidos, custodiado por un policía nacional y un guardia civil para escenificar que la operación ha sido conjunta, llega ayer por la mañana a los juzgados de Inca. Los dos acusados aseguraron que su fuga del avión fue pacífica.  | Alejandro Sepúlveda

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«No utilizamos la violencia contra la tripulación, aprovechamos que otro grupo había salido ya e hicimos lo mismo». Los dos marroquíes detenidos el jueves por la tarde en Inca por su fuga del avión en el aeropuerto de Palma ingresaron este viernes en la cárcel de Palma tras declarar ante la autoridad judicial. Tal y como adelantó ayer en exclusiva Ultima Hora, la doble detención la practicaron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en una operación conjunta y por la mañana, en medio de fuertes medidas de seguridad, los dos magrebíes fueron trasladados a los juzgados de Inca. Se trata de dos jóvenes de una veintena de años, que llevaban un mes escondidos en una casa de Inca, que habían alquilado por 300 euros al mes. Se ganaban la vida haciendo chapuzas y trabajando en la construcción.

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Los dos detenidos, representados por el abogado Eduardo Luna, aseguraron que tenían una oferta de trabajo en Turquía y que no tenían planeada la fuga en España, pero que cuando el avión se desvió de emergencia a Son Sant Joan todo cambió. Vieron, entonces, la oportunidad de sus vidas. Según ellos, «había dos grupos» entre los fugados. Uno de ellos era violento y estaba perfectamente organizado. Fue el que arrolló a la tripulación, en la estampida por el pasillo del avión para llegar a la puerta abierta de la salida. Ellos, sin embargo, eran «seis o siete y pacíficos» y cuando vieron el camino expedito decidieron también correr hacia las pistas «pero sin hacer daño a nadie». Luego se desperdigaron y acabaron en distintas localidades de la Isla, donde intentaron pasar desapercibidos. Su intención era quedarse a vivir en Mallorca, burlando la acción policial. Tras su declaración judicial, la magistrada ordenó el ingreso en prisión de ambos, por los delitos de sedición, coacciones graves, contra la navegación aérea y contra la Ley de Extranjería. La fiscal, previamente, había solicitado cárcel para ambos.

El apunte

La investigación sigue abierta porque faltan cuatro pasajeros por detener

La Guardia Civil y la Policía Nacional han hecho de la búsqueda de los 25 fugados del avión una cuestión casi personal. La estampida insólita que obligó a cerrar el aeropuerto hace ahora un mes fue un duro golpe a la reputación de seguridad de Son Sant Joan y los agentes se han esmerado al máximo para ir deteniendo a todos los fugitivos. De hecho, solo quedan cuatro por localizar y parece ser que dos de ellos llegaron a la Península en barco, al día siguiente de la fuga. La mayoría de los marroquíes se escondió en la Part Forana, sobre todo en sa Pobla y los alrededores, donde tenían conocidos que les daban cobertura durante su huida.