El médico y el anestesista acusados, en los juzgados de Vía Alemania, en 2017. | Alejandro Sepúlveda

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Fátima Cherkaoui acudió el 3 de octubre de 2016 al Centro Policlínico Quirúrgico para pedir información sobre una liposucción. El doctor que la atendió le hizo un presupuesto tras un estudio y le informó de que la intervención costaba 7.000 euros. La paciente lo aprobó. El 6 de marzo de 2017, la mujer, de 45 años y origen marroquí, se sometió a la operación y al día siguiente, a las 12.19, falleció en el hospital Son Espases por una hemorragia masiva. La fiscal culpa al médico y al anestesista de la intervinieron por un delito de homicidio imprudente y pide tres años de cárcel para cada uno. Los facultativos deberán indemnizar a los dos hijos de la víctima con 240.000 euros. La intervención, según el relato de la Fiscalía al que ha tenido acceso Ultima Hora, consistía en una lipoescultura de abdomen, pubis y espalda en la que los facultativos iban a succionar a la paciente la grasa de esas zonas.

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A las 11.00 del 6 de marzo empezó la intervención de Fátima bajo anestesia general. Los acusados, «llevando a cabo un comportamiento descuidado y actuando de manera negligente», inyectaron a la mujer 4.000 mililitros de solución Klein, que sirve para facilitar la aspiración de la grasa, disminuir el sangrado y anestesiar la zona a tratar. En total extrajeron 4.550 ml de grasa y líquido, dejando 2.450 ml de líquido en el abdomen. Horas después, a las 16.00, dieron la vuelta a la paciente para iniciar la segunda operación «sin cerrar las heridas». La presión del cuerpo sobre el abdomen hizo que la solución de Klein se introdujera en la circulación sanguínea y provocara un taponamiento masivo de los vasos más pequeños, los capilares sanguíneos de los pulmones y la grasa también llegó hasta los capilares del cerebro, que provocó que entrara en parada cardiorrespiratoria.
La parada se pudo revertir en unos minutos, pero «los acusados no llamaron al 061 hasta las 17.02, sin que conste qué llevaron a cabo durante esa hora». Esa actuación era «imprescindible» porque Fátima necesitaba ingresar de manera urgente en la UCI, de la cual carecía la clínica.

El 061 llegó al Centro Policlínico Quirúrgico y encontró a la paciente «sin cubrir, fría, pálida» y con múltiples pequeños orificios en la piel sin cerrar por los que salía líquido teñido de sangre. La mujer tenía las pupilas dilatadas, «siendo estos signos de daños cerebral». Fátima fue trasladada a Son Espases con hipotermia debido a que permaneció desnuda en el quirófano. Su temperatura, según el Ministerio Público, no fue controlada durante 5 horas ni en el postoperatorio, lo que aumentó el riesgo de mortalidad.

El apunte

La acusación particular reclama ocho años de prisión a cada uno

El abogado de la familia de la víctima, Rafael Martín Bueno, solicita una condena de ocho años de prisión a cada uno por un delito de homicidio imprudente y otro de omisión del deber de socorro. El letrado sostiene en su escrito que ambos acusados retrasaron la llamada al 061 una hora y dos minutos desde la parada cardiaca.