La sargento primero Antonia Alanzol durante la entrevista con este periódico en la Comandancia de la Guardia Civil. | Alejandro Sepúlveda

TW

Es una de las profesionales más valoradas de Balears en asuntos relacionados con la violencia de género y los menores. La sargento primero de la Guardia Civil Antonia Alanzol (Alcúdia, 1974) es, por este motivo, la jefa del EMUME (Equipo de la Mujer y del Menor), una unidad dedicada a velar por los más débiles, que en los últimos años ha conseguido grandes éxitos policiales. También es el enlace en la delegación del Gobierno.

El crimen de Lucía Patrascu en el Port de Pollença en 2016 evidenció que los protocolos no se cumplían.
—Así fue, pero debo decir que desde entonces se han mejorado mucho los protocolos. Fue un punto de inflexión. Se impulsó la formación y la actualización de conocimientos en materia de violencia de género de los guardias civiles.

¿Se denuncian más los casos de malos tratos?
—Bueno, más que se denuncie más, lo que pasa es que se trabaja más. Al tener más conocimientos, el personal policial actúa de oficio. Por ejemplo, durante el confinamiento cayeron las denuncias, pero hubo más de oficio. Al acabar, se volvió a la media de denuncias de antes del coronavirus.

¿Qué tal es la relación con la Policía Nacional?
—A ver, la relación ahora es muy buena. Es cierto que en un tiempo atrás fue más difícil. Ahora, con el nuevo inspector David de la UFAM (Unidad Familia y Mujer) las cosas van muy fluidas. Necesitamos esta buena sintonía todos.

¿Qué está ocurriendo con las menores tuteladas?
—Por desgracia, que se fuguen de centros y se prostituyan menores es algo que siempre ha ocurrido, no es un fenómeno nuevo. Hay niñas que se escapan y solo tienen su cuerpo para conseguir dinero. Es algo terrible pero es una realidad. Lo que ocurre es que no se puede hablar de una red organizada.

¿Han aumentado las desapariciones inquietantes en Mallorca?
—Si, la verdad es que hay más. Hay dos o tres al año.

¿Cómo está el caso de Malén Ortiz, la niña desaparecida en 2013?
—El caso sigue abierto y le puedo decir que tenemos dos compañeros del Cuerpo que trabajan casi a tiempo completo en la investigación. Es un tema muy complejo, pero se ha vuelto a impulsar la investigación. Nunca dejaremos de buscarla, se lo aseguro.

¿Hay un repunte de los delitos sexuales contra menores?
—Podemos hablar de un repunte, sí. Internet es uno de los factores que influyen en este aumento. La libre disposición de los niños a las redes sociales puede ser muy peligrosa. Internet sin control es el problema. Nos encontramos con casos de pervertidos que piden fotos de niños, pero también hay que preguntarse cómo un menor de 9 años tiene una cuenta creada en Instagram.

¿A qué edad deberían poder tener teléfono móvil los niños?
—Pues depende de lo que hagan. Si por ejemplo el niño o la niña se va solo del colegio o a actividades extraescolares, veo lógico que con 11 o 12 años tenga un móvil. Como método de seguimiento es perfecto. Pero luego es muy importante que los padres controlen el uso que hacen del aparato.

El GPS es una herramienta muy útil para los investigadores.
—Así es, no todo tiene que ser malo en los avances tecnológicos.

¿Internet abre muchas puertas a los abusadores?
—Demasiadas. El acosador normalmente es del entorno familiar o social, pero ahora con internet se nos plantea un nuevo escenario. En Balears, por ejemplo, investigamos dos o tres casos al día de víctimas menores de 13 años. Internet abre la puerta a muchos pervertidos.

¿Los adolescentes de ahora están peor educados?
—Bueno, yo diría que en general se han perdido los valores que nos inculcaron.

El apunte

La pionera «sala amable» de la Comandancia

La Comandancia de la Guardia Civil ha sido pionera en la instalación de una «sala amable» para atender a mujeres y menores en un entorno más íntimo y relajado. La habitación fue costeada por el Consell de Mallorca y consta de un cuarto donde la mujer puede explayarse y los niños se sienten más seguros. Al lado, hay una sala con un espejo opaco desde el que los investigadores siguen las declaraciones, que son grabadas en vídeo. La Policía Nacional ya tiene también esta sala.