Los dos empresarios procesados, este jueves, en la sala de lo Penal número 5 de Vía Alemania de Palma. | Juan P. Martínez

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Dos hoteleros han sido condenados a seis meses de prisión cada uno acusados de homicidio imprudente por el fallecimiento en 2011 de dos turistas intoxicados por monóxido de carbono en la misma habitación, con pocos días de diferencia, en un establecimiento de s’Arenal. La Fiscalía apreció el atenuante de reparación del daño y dilaciones indebidas.

La familia de una de las víctimas, de nacionalidad ucraniana, ya fue indemnizada en su día. Este jueves en la vista se acordó que los procesados, a través del seguro, abonen a los otros perjudicados, que residen en Francia, 180.000 euros, de los que 73.000 euros ya han sido satisfechos.

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Los sucesos se remontan al verano de 2011. El 16 de julio, una turista ucraniana de 29 años que se hospedaba en la habitación 527 de un hotel de s’Arenal fue hallada sin vida en la cama. No había signos de violencia ni tampoco de que se hubiera quitado la vida. En esta misma estancia se hospedó tres días después un visitante francés de 25 años. Murió tras varios días ingresado en la UCI de Son Espases.

Hotel donde se produjeron los hechos en 2011. Foto: A.S.

Desde el hotel se pensó que los dos fallecimientos fueron fruto de una terrible casualidad. Pero hasta que otro turista estuvo a punto de correr la misma suerte, la dirección no ordenó desalojar a los clientes. La causa de la muerte de los dos jóvenes fue por la acumulación de veinte veces más de CO del permitido en la habitación 527, situada en la última planta. La tubería de la caldera se encontraba en mal estado. El cuarto disponía de dos rejillas, una para el aire acondicionado y otra para la ventilación. La proximidad de todos los conductos, sumado a que el habitáculo se encontraba en la última planta, fue el motivo por el cual el monóxido de carbono se filtró en la habitación del hotel.

La Fiscalía imputó al empresario que gestionaba el hotel en ese momento y al anterior propietario. Este jueves ambos se declararon culpables. No entrarán en prisión si no delinquen en dos años y abonan los 107.000 euros restantes a la familia del francés fallecido.