El Grupo de Investigación Centro de la Policía Nacional detuvo a los dos ladrones. | Alejandro Sepúlveda

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Un hombre que hacía poco tiempo que había salido de la cárcel se especializó en robar en trasteros y garajes comunitarios de Palma. El ladrón, español de 32 años, desvalijó más de 70 durante el pasado abril. Robó muchas bicicletas, patinetes, gafas de sol, dinero, herramientas, réplicas de pistolas, maletas, vinos y hasta un kayak hinchable y dos remos.

En uno de los golpes, entre los días 15 y 16, contó con la ayuda de otro delincuente, de 37 años y la misma nacionalidad. La Fiscalía pide para el primero –que tiene numerosos antecedentes– una condena de tres años de prisión por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y para el segundo reclama una pena de un año y medio de cárcel.

Patadas

El principal acusado, que será juzgado junto a su compinche en los próximos días, accedió en repetidas ocasiones al interior de garajes comunitarios de distintos edificios de Palma. Una vez allí, rompía a patadas las puertas de los trasteros y se apoderaba de todos los efectos de valor. El sospechoso también fracturaba con un extintor las ventanillas de los coches que se encontraban estacionados.

Según el escrito de la Fiscalía, actuó por primera vez la noche del 3 al 4 de abril en el garaje que comprende las comunidades de las calles Antoni Ribas, Guillem Vives y Jeroni Pou. El delincuente causó numerosos desperfectos en las puertas de los trasteros para fracturarlas. Algunos perjudicados han renunciado a las indemnizaciones que les pudieran corresponder después de que les haya pagado el seguro.

El delincuente no siempre tenía suerte. En varias ocasiones violentó la puerta de trasteros y no sustrajo ningún efecto porque no había nada de valor. El Grupo de Investigación Centro de la Policía Nacional, que se hizo cargo de la investigación y detuvo a los dos sospechosos, concluyó que el principal ladrón vendía los objetos sustraídos en Son Banya para comprar droga.

En un garaje que comprende las comunidades de la calle Rafael Manera y Pare Miquel Mir forzó un Fiat 500 y se apoderó de un mando a distancia del aparcamiento. Con el mando lo tenía más fácil para entrar a robar en ese aparcamiento.

La Fiscalía pide que el acusado indemnice a las víctimas con más de 7.000 euros por los objetos sustraídos y no recuperados y por los desperfectos causados en las puertas de los trasteros.

Entre las víctimas hay una jueza de Instrucción y un abogado penalista

El ladrón robó en el coche de una jueza de Instrucción de Palma. Accedió a un garaje de la calle Patronato Obrero y fracturó los cristales de un Peugeot 206 para llevarse un cargador de móvil. También sustrajo una bicicleta y un kayak en un trastero de la calle Joan Alcover que pertenece a un reconocido abogado penalista.