Tres agentes de la BRIC de la Policía Nacional, en Puerto Portals. | RAMIREZ

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Resulta evidente que entrar o salir de la Isla solo puede hacerse por vía aérea o marítima. Más del 90 por ciento de las llegadas de turistas o residentes se realiza mediante el puerto de Palma o el aeropuerto de Son Sant Joan. El control de todos estos puestos fronterizos está exhaustivamente supervisado por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Un dato bastante desconocido por los ciudadanos es que Mallorca cuenta con hasta 26 clubes náuticos, puertos de recreo o deportivos. En ellos, el flujo de entradas y salidas de embarcaciones privadas, muchas de ellas de gran eslora, supone una vía de acceso al país que debe ser vigilada. Son las denominadas fronteras de alto standing. Es decir, las rutas de entrada de pasajeros, tripulaciones y turistas con alto poder adquisitivo que llegan a Mallorca.

Para evitar que todos estas vías se conviertan en un ‘coladero’ de inmigrantes, trata de seres humanos o drogas, los hombres y mujeres de la BRIC son los responsables del control de los mismos.

Las instalaciones más destacadas y, consecuentemente, objeto de vigilancia son: el puerto de Palma, Pesquero, Cofradía de Pescadores, Club de Mar, Marina Palma, Pantalán del Mediterráneo, Marina Muelle Viejo, Real Club Náutico de Palma, Portitxol, Molinar, Cala Gamba, Sant Antoni de la playa, Club Náutico de s’Arenal, sa Ràpita, Colònia de Sant Jordi, Cala Figuera, Portopetro, Cala d’Or, Portocolom, Porto Cristo, Cala Bona, Cala Rajada, Colònia de Sant Pere, Serranova, Can Picafort, Alcúdia (puerto comercial, pesquero, deportivo Alcudiamar, etc), Bonaire, Mollet del Barcarès, RCN Pollença, Sóller, Valldemossa, Andratx, Port Adriano, Santa Ponça y Calanova.

Controles en Baleares
Los agentes de la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina (BRIC) se han desplegado este verano por los distintos puertos deportivos y clubes náuticos de la Isla.

Nada más aproximarse a la costa, desde capitanía de cada club o puerto deportivo se le indica al capitán de cada embarcación que tiene la obligación de aportar toda la documentación y relación de los integrantes de la tripulación y pasajeros que lleva dentro de su barco. Acto seguido, esta información se remite de urgencia a la Jefatura Superior de Policía para que los agentes responsables de la Brigada de Extranjería la cotejen con su base de datos y comprueben si todas las personas tienen permitida la entrada legalmente en el país.

Inmigración

Desde hace unos años, se puso en marcha la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina (BRIC), una unidad dependiente de la comisaría general de Extranjería y Fronteras de Madrid. La misma cuenta con agentes especializados en extranjería encargados de realizar filtros alternativos o centros de identificación en aquellos puestos fronterizos que no dispongan de dependencias policiales, y les permitirán la elaboración de atestados y expedientes administrativos.

Los vehículos están dotados, entre otros instrumentos, de un ordenador portátil, un verificador de documentos, un lector de huellas y una impresora láser a color que posibilitará difusiones urgentes en todo el ámbito nacional. Además, disponen de un verificador para detectar documentos falsos que posibilita el cotejo del pasaporte o de la documentación que se le muestre al agente con las bases de datos nacionales y del sistema de información Schengen, conexión a internet y posibilidad de elaborar atestados policiales.

Un equipo de Ultima Hora se adentró en las entrañas de dicha unidad de élite policial y acompañó a los agentes de la BRIC durante una de sus jornadas de trabajo. Adrián, oficial al frente de uno de los grupos policiales, explica que «nuestro trabajo comienza con una visita a capitanía. Una vez en el centro de control nos facilitan una relación de todas aquellas embarcaciones que están en tránsito. Es decir, todos aquellos que no dispongan de amarres fijos o abonos en los pantalanes. En esta ocasión, nos encontramos en Puerto Portals y tenemos tres embarcaciones extranjeras que debemos controlar», comenta el especialista.

Una vez solicitados los pasaportes de todos los integrantes de la tripulación y pasajeros, se comprueba que los mismos no tengan ninguna requisitoria en vigor, que sus pasaportes estén correctos y se revisan los antecedentes. «Nosotros somos un filtro de seguridad. No es muy frecuente pero nos hemos encontrado a gente tratando de entrar o de salir del país de forma irregular. En estos casos somos los responsables de incoar el correspondiente expediente de expulsión del país», concluye.

Las unidades especializadas permanecerán en Mallorca hasta que finalice el verano y forman parte del amplio dispositivo de seguridad del refuerzo estival de la Policía Nacional.