Vigilancia Aduanera y el Geo abordaron el velero. | Policía Nacional

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Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Agencia Tributaria, y en colaboración con la NCA británica y la NRED francesa, han intervenido una tonelada de cocaína oculta en un moderno velero abordado por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) y Vigilancia Aduanera en medio del Atlántico.

Es la segunda organización de narcotraficantes desarticulada en la provincia de Málaga en menos de un mes. Para acceder a la mercancía ha sido necesario fracturar las paredes del casco del barco, hasta localizar los 1.018 paquetes de un kilogramo de clorhidrato de cocaína escondidos en un lugar indetectable con una simple inspección.

Mediante un dispositivo realizado en mar y tierra, han sido arrestados los tres tripulantes de la embarcación y otras cinco personas afincadas en diferentes localidades malagueñas, entre las que se encuentran los supuestos líderes del grupo, han informado desde la Policía Nacional.

Han explicado en un comunicado que el abordaje efectuado ha conllevado una extraordinaria peligrosidad para los agentes, ya que el barco de competición, de 18 metros de eslora y cinco de manga, valorado en un millón de euros, alcanza velocidades superiores a los 20 nudos.

La tripulación estaba integrada por expertos en patronear modernos veleros de competición, quienes registraban las embarcaciones en regatas para, así, poder transportar discretamente grandes cantidades de sustancias estupefacientes desde Sudamérica hasta Europa. La investigación ha sido coordinada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Arrecife, en Lanzarote.

La investigación se inició a finales del año 2020 como consecuencia de las labores de inteligencia efectuadas en torno a infraestructuras portuarias, y con las que se descubrió a varios ciudadanos europeos, ubicados en diversas localidades de la Málaga y el Levante, vinculados con el transporte marítimo de cocaína a través de embarcaciones.

Poco después, han apuntado, se corroboró la existencia de una organización criminal de narcotraficantes especializada en el transporte de sustancias estupefacientes desde Sudamérica hasta España mediante modernos veleros de competición. Para ello, el grupo contaba con expertos patrones y marineros asentados en España y especializados en la navegación de esta clase de embarcaciones, que poseían un amplio historial delictivo en esta actividad.

Para justificar los viajes, traslados y movimientos necesarios para llevar a cabo el transporte de drogas sin levantar sospechas registraban los veleros en diversas regatas.
Avanzada la investigación, los agentes contaron con la colaboración de la NCA británica y la NRED francesa debido a que los miembros de la organización se trasladaban de forma habitual entre Reino Unido, Alicante, Málaga e islas caribeñas como Martinica y Santa Lucía. Esta frecuente itinerancia de la organización complicó las labores de investigación de los agentes españoles y sus homólogos internacionales.

Con toda esta información, los investigadores realizaron un dispositivo en mar y tierra para lograr la desarticulación total de la organización, habida cuenta que la misma contaba con barcos que requieren el gobierno de expertos en navegación.

La embarcación abordada cuenta con 18 metros de eslora y cinco de manga, y puede alcanzar una velocidad superior a los 20 nudos. De esta forma, el abordaje fue realizado en el océano Atlántico por agentes del GEO y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.

Estos efectivos se enfrentaron «a una intervención de extrema peligrosidad», que finalizó con éxito con la detención de los tres tripulantes y la intervención de una tonelada de cocaína oculta en el interior del casco.

La mercancía, hasta 1.018 paquetes de un kilogramo de clorhidrato de cocaína, había sido perfectamente escondida en un doble fondo situado junto a los depósitos de gasolina, espacio de muy difícil acceso y disimulado de tal modo que era indetectable con una simple inspección o sin fracturar los paredes de fibra de vidrio que conformaban el casco del velero.

Días después, fueron arrestadas otras cinco personas en la provincia de Málaga y se realizaron diferentes registros, donde se intervino diez kilogramos de ketamina, 65.000 euros en efectivo, tres vehículos de alta gama, diversa documentación relacionada con el blanqueo de capitales, teléfonos móviles, ordenadores y equipos electrónicos y de comunicación.

Además, se han bloqueado cuentas y se ha ordenado la prohibición de enajenar varios inmuebles por valor de 500.000 euros. Igualmente, durante los registros se ha encontrado documentación que evidenciaba la disponibilidad de diversas embarcaciones, así como la adquisición de repuestos y piezas de las mismas, ropa náutica con inscripciones de la embarcación e inscripciones del velero en regatas.

Según han informado, gracias a esta operación, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria han conseguido la desarticulación de una segunda organización criminal británica en la provincia de Málaga en menos de tres semanas, tras la operación llevada a cabo con el abordaje del velero 'Windwishper', realizado por agentes de dicho cuerpo policial y funcionarios de Vigilancia Aduanera a bordo del buque de operaciones especiales 'Fulmar' de la Agencia Tributaria, en la que se aprehendieron casi 1.000 kilos de cocaína.

Este es el resultado de más de año y medio de investigaciones sobre los individuos que supuestamente llevaban a cabo los transportes, pero también sobre los inversores, financiadores y responsables de la adquisición de la sustancia estupefaciente, que no dudaban en realizar algunos transportes de hachís mientras preparaban significativas operaciones de transporte de cocaína.

En total, 25 individuos han sido detenidos entre las dos operaciones, habiéndose dictado órdenes de prisión contra 20 de ellos, en su gran mayoría ciudadanos británicos asentados en la provincia de Málaga y en el Campo de Gibraltar.