Carlo Heuvelman tenía 27 años y trabajaba en la empresa Luitec. El caso ha tenido gran repercusión en los medios holandeses.

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Se estrecha el cerco. El Grupo de Homicidios de Palma, en colaboración con la Policía holandesa, está ultimando las detenciones de los ocho fugados de Mallorca tras la paliza mortal a un compatriota en la Platja de Palma. Carlo Heuvelman, de 27 años, falleció tras ser golpeado sin motivo y después de que uno o dos turistas le patearan en la cabeza, cuando ya estaba en el suelo.

En las últimas horas los sospechosos, que son jóvenes de familias con alto nivel adquisitivo, han contactado con «un ejército de abogados», para intentar evitar la extradición a Palma, ya que temen que las leyes españolas sean más duras que las de su país. Los letrados con los que han contactado, algunos de la Isla y otros de su país, son primeras espadas, muy conocidos.

De momento, con todo, solo hay un detenido en el caso –el joven que se quedó en s’Arenal para devolver las llaves del chalet de lujo que habían alquilado–, aunque está previsto que en breve se sucedan los arrestos.

Flores para Carlo

La prensa holandesa está siguiendo con gran interés la investigación y algunos corresponsales se han desplazado Mallorca. Este martes, en el tramo del Balneario 1 donde cayó herido crítico Carlo, algunos turistas y compatriotas han colocado flores, en homenaje al turista que murió el domingo en Son Espases. El joven trabajaba en la empresa Luitec, especializada en servicios técnicos y aires acondicionados, en la ciudad de Alphen Aan Den Rijn, entre las localidades de Leiden y Utrecht, en los Países Bajos. Era un gran aficionado al fútbol y sobre todo a su equipo, el Ajax de Amsterdam. En un principio, en la prensa holandesa se especuló con que su fallecimiento estuviera relacionado con una pelea entre hinchas del Feyenoord y del Ajax, pero la familia desmintió este extremo.

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«Estamos rotos, Carlo era una gran persona y no podemos entender cómo ha ocurrido todo», escribieron sus amigos en las redes sociales. Desde su empresa también expresaron sus condolencias por el trágico fallecimiento y explicaron que era un joven muy conocido entre sus clientes porque trabajaba de cara al público, en un mostrador. El Juzgado de Instrucción número 9 de Palma ordenará hoy la detención de los implicados, que ya están identificados, ante el riesgo de fuga ya que tienen recursos económicos.

El operativo policial se está acabando de perfilar y los agentes del Grupo de Homicidios y de Cooperación Internacional, de la Jefatura palmesana, viajarán a Holanda en breve para trabajar con sus colegas policiales de aquel país. También ha trascendido que los ocho implicados, que adelantaron precipitadamente su marcha tras la brutal agresión y cuando Carlo agonizaba en el hospital, han negado que huyeran de Palma. Según su versión, regresaron antes de lo previsto porque temían que las restricciones por la pandemia se endurecieran y quedaran atrapados en la Isla.

No todos los turistas buscados tuvieron el mismo papel. Sólo uno o dos patearon la cabeza de Carlo cuando estaba en el suelo, semiinconsciente, y las principales acusaciones se dirigirán contra estos dos. Los golpes le causaron un hematoma en el cerebro, que días después lo mató. El Grupo de Homicidios ha tomado declaración a decenas de testigos y ha revisado las cámaras de la zona, por lo que el rol jugado por cada uno de los ocho implicados está bastante claro ya.

Sin motivo

De la reconstrucción policial de los hechos se desprende que en la madrugada del miércoles día 14 un total de trece holandeses que se alojaban en un villa de s’Arenal salieron de copas por el Balneario 1 con la intención de «causar daño» a otros jóvenes. En una discoteca protagonizaron un violento altercado y fueron expulsados. Ya en la calle, atacaron a dos grupos distintos de compatriotas, sin motivo ni provocación previa, y se ensañaron con una tercera pandilla, en la que estaba Carlo y cuatro amigos. A uno lo dejaron inconsciente a golpes, a tres los lesionaron y al joven de 27 años le dieron tal paliza que quedó en estado crítico. Murió días después, sin saber por qué había sido atacado.