El procesado, este lunes, durante la vista celebrada en Vía Alemania. | Juan P. Martínez

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Un hombre, de nacionalidad argentina, afronta una pena de un año y nueve meses de prisión acusado de abusar sexualmente de su hija, cuando esta era menor de edad, y de la novia de su hijo en su vivienda de Palma, entre 2014 y 2016. El varón fue detenido en enero de 2020, poco después de que ambas chicas denunciaran los hechos ante la Policía Nacional.

El acusado admitió los hechos ante la juez, pero no fue, como otras tantas veces, un juicio con conformidad. El imputado tuvo que escuchar el duro testimonio de las dos víctimas, que actualmente tienen 22 y 24 años, y que todavía no han superado lo ocurrido.

Hija y nuera

La hija del procesado explicó los episodios de abusos sexuales que sufrió de 2014 a 2016. «Mi padre abusaba de mí, me metía mano. Me tocaba los pechos y la vagina, por fuera y también por dentro», relató. Cuando comenzaron los tocamientos la joven tenía 15 años. La chica también explicó el calvario que ha tenido que pasar y sigue pasando. «Entré en depresión y estoy recibiendo ayuda desde 2017. He intentado suicidarme. A día de hoy no puedo superar lo que hizo mi padre», apuntó. «Mi psicóloga me empujó a denunciar», afirmó.

Por su parte, la otra perjudicada, nuera del acusado, declaró que el padre de su pareja aprovechó que se quedaron solos en casa para sentarla encima de él, llegando a excitarse, y también le tocó los pechos y la «zona íntima». La joven, al igual que su cuñada, ha tenido que recibir tratamiento psicológico desde lo ocurrido. Los dos episodios relatados por ambas víctimas fueron reconocidos ante la juez por el acusado.

La Fiscalía solicita para él un año y nueve meses de prisión y la prohibición de acercarse y comunicarse con ambas víctimas. La defensa de las jóvenes, ejercida por Eduardo Luna, pide para el hombre cuatro años y medio de cárcel.