La violonchelista Marta Perelló, en el Ajuntament de sa Pobla. | Alejandro Sepúlveda

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Johann Sebastian Bach sonó por Warda Ouchene y su hijo Mohamed frente al Ajuntament de sa Pobla. Sarabande. Suite nº.2, una de las piezas más introspectivas del compositor, fue interpretada este martes por la violonchelista Marta Perelló tras el minuto de silencio en recuerdo de los fallecidos.

Las hermanas Inmaculada y Xisca Soler Bonnín acudieron al homenaje, con su amiga Xisca Soler, enarbolando una rosa cada una por Warda y Mohamed, las dos primeras víctimas de la violencia machista en Balears en 2021. No los conocían, pero no importa. La violencia machista es una lacra social que incumbe a todos y a todas. A 500 metros de allí, en la puerta de la casa donde vivía la joven con su hijo, en el número 43 de la calle Santa Catalina Thomàs, también había flores y velas encendidas.

Llorenç Gelabert, alcalde de la localidad, colocó un centro de rosas blancas, en nombre del Consistorio, en el palco de la Plaça Major. Las flores presidían un crespón negro desplegado sobre la acera que, en cuestión de minutos, se llenó de cartulinas moradas y frases dedicadas a Mohamed y Warda. «Maltrato=Cobardía», «El silencio es letal en el maltrato hacia la mujer. Atrévete, sé valiente y denuncia al agresor» o «Warda y Mohamed, siempre estaréis en nuestros corazones».

Centenares de personas de las administraciones, representantes políticos y vecinos se congregaron a las doce del mediodía para condenar el doble asesinato. El crespón negro se convirtió en un pequeño jardín morado de rosas rojas, amarillas y blancas. Bach, flores y velas para Warda, de 28 años, y Mohamed, de 7.

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La comunidad musulmana rezó por las víctimas del doble crimen y Samira Boultam, una joven de origen marroquí, pronunció unas palabras improvisadas. «Todos estamos aquí por Warda y su familia. Esta injusticia no la aceptamos ni los musulmanes, ni los árabes, ni los cristianos. Ninguna mujer tiene que pasar por lo que ha pasado Warda».

«¡Basta!»

Boultam gritó «¡basta!». Manifestó que es la primera vez que sucede algo así en sa Pobla. «Imagino cómo estará ahora su familia. ¿Cómo puede ser que una persona cometa un crimen así y maté a su mujer, a su hijo y al bebé que esperaban? Yo, como musulmana, como árabe, como mujer, estoy en contra de la violencia. Nuestra religión nos enseña a que hay que respetar a la mujer, a los niños y al hombre por igual. Solamente hace falta abrir el Corán».

El colegio Sant Francesc d’Assís, donde estudiaba el pequeño Mohamed, también participó en el minuto de silencio y en el posterior homenaje. El director, Tomeu Cardell, y la superiora del convento de Franciscanas Hijas de la Misericordia, Sor Maria Fuster, colocaron un centro de flores en el palco de la Plaça Major como muestra de apoyo a la familia y a los amigos de las víctimas.

La fachada multicolor del centro escolar al que iba Mohamed, situado en la calle Lluna de sa Pobla, tiene varias palabras plasmadas en catalán: «Estima», «Honestedat», «Tolerància», «Confiança» o «Justícia». Son los valores que le faltaron a Ali Khouch, el hombre que estranguló a Warda Ouchene y a su hijo, Mohamed.

PALMA.
Un agente de la Guardia Civil, junto a la casa de Warda, donde se depositaron flores y velas. Fotos: A. SEPÚLVEDA