La Policía Nacional ha procedido a la detención de la madre, que es de nacionalidad rumana y reside en Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Tres años recibiendo palizas con una correa. La Policía Nacional ha detenido a una madre de Palma que castigaba a su hijo que ahora tiene 13 años atizándole con brutalidad y sin motivo aparente. El menor ha sido acogido en un centro especial y la progenitora ha perdido la custodia.

Según ha podido saber Ultima Hora, los hechos se descubrieron el jueves cuando el adolescente escapó de su casa tras otra paliza y se refugió en la de un compañero de clase. El padre, que vive en Rumanía, se enteró de lo ocurrido y contactó con las autoridades españolas para denunciar la situación.

En un autobús
Agentes de la Policía Nacional localizaron al niño y lo trasladaron a la Jefatura de Policía, para tomarle declaración. La víctima, que estaba aterrorizada, contó que el día que huyó se había subido a un autobús en Palma, donde casualmente también iba su madre, que es rumana. La mujer se enfureció porque no la había saludado y al llegar a la casa le espetó: «Métete en la habitación que voy a por la correa». Acto seguido, regresó con el cinturón y empezó a golpearle en las piernas. El niño se protegió con los brazos y con una manta que encontró, pero aún así resultó herido. Tras la paliza, la madre le advirtió: «Ahora te voy a cortar el pelo», y fue en ese momento cuando el menor salió corriendo de la casa y, ya en la calle, contactó con su amigo del colegio, pidiéndole ayuda y que lo acogiera. Estaba atemorizado y no quería volver con su madre bajo ningún concepto.

La acusada fue detenida poco después y se negó a declarar. Este viernes pasó a disposición judicial en Palma por un delito de maltrato familiar. La mujer está separada de su marido y convive con su novio. El hombre, ahora, está en el punto de mira policial porque parece ser que animaba a su novia a que golpeara al niño con la correa. Los investigadores también están haciendo gestiones en el colegio palmesano del adolescente, donde los profesores lo notaban últimamente muy preocupado y nervioso.

Obligado a trabajar en una obra y sufrió un accidente del que no le atendieron
Las palizas con correa no fueron las únicas barbaridades que sufrió el menor rescatado por la Policía Nacional. Cuando fue trasladado al hospital de Son Espases para ser atendido de sus lesiones, los médicos detectaron unas heridas que no eran recientes y que revestían cierta gravedad. Después, la víctima contó que cuando tenía 12 años le obligaron a trabajar en una obra en construcción, en la Part Forana. Era verano y el padrastro lo acompañó. Durante una de las jornadas, el menor sufrió un serio accidente laboral con lesiones severas, pero ni su madre ni el novio de ella lo llevaron a un hospital por que legalmente no podía trabajar.