El condenado, en el centro de la imagen, este lunes en la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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El hombre de nacionalidad rumana acusado de maltratar, lesionar, amenazar y agredir sexualmente a su mujer en su domicilio de Pollença ha reconocido los hechos ante un tribunal de la Audiencia de Palma y ha sido condenado este lunes a la expulsión de España por un plazo de siete años.

La pena de abandonar el país sustituye a la de siete años y tres meses de prisión. Su defensa ha alcanzado un acuerdo con la acusación particular y la Fiscalía antes de la celebración de la vista.

El suceso se remonta al mes de noviembre de 2017. El día 29 discutió con su mujer, delante de los hijos menores de ella, en la vivienda que ambos compartían. Todo ello debido a los celos por una conversación telefónica que la víctima había tenido con sus familiares.

En un momento dado, el procesado, que estuvo dos años en prisión preventiva por estos hechos, le colocó un cuchillo de cocina en el cuello y la amenazó con cortala «a pedazos», meterlos en bolsas, enviar parte a los familiares y el corazón a la madre. Tras esto le obligó a grabarse reconociendo que se acostaba con otros hombres para difundir ese vídeo con su entorno.

Este episodio, digno de una película de terror, no terminó ahí. El hombre tendría aún tiempo de agredir sexualmente a su pareja en el baño. También amenazó con tirarse él por el balcón con sus hijos si contaba algo de lo sucedido.

La mujer desde los hechos padece estrés postraumático, síntomas ansioso-depresivos, baja autoestima y una «especial» vulnerabilidad psicológica.

Desde finales de septiembre de 2019, el hombre tiene prohibido acercarse a menos de 200 metros de la mujer o contactar con ella, tal como acordó en su día un juzgado de Inca.

En concepto de responsabilidad civil el hombre indemnizará a la víctima en 5.000 euros por los daños morales.