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Lars Ranzenberger, alemán de 53 años afincado en Santanyí, era una persona a la que le gustaba vivir la vida de forma intensa. Conocido productor, bajista de metal y empresario, era un amante de la música y de la altura. Este domingo, a la diez de la mañana, perdía la vida de forma trágica tras sufrir un aparatoso accidente a bordo de sus ultra ligero.

Domingo desapacible y con importantes rachas de viento. Lars Ratz, decide ponerse a los mandos de su ala delta monoplaza motorizada, conocido popularmente como ultraligero pendular. Se trataba de un Bautek, fabricado hace dos años y de unos 15.000 euros de coste.

A partir de ese momento, todo son hipótesis y ahora corresponde a la Policía Judicial de la Guardia Civil tratar de esclarecer las causas del trágico siniestro.

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Algunos testigos, próximos al aeródromo de Vilafranca, sostienen que vieron al germano realizar varias espirales antes de su caída mortal. «Lars era una persona a la que le gustaba aterrizar realizando espirales. Cuando estaba arriba paraba el motor y planeaba. El problema y única explicación que podemos tener es que cuando estaba en descenso y con el motor parado, una racha de viento le hiciera perder el control y colisionar contra el suelo. El ala delta volcó y salió propulsada unos quince metros hasta donde lo encontraron los equipos de emergencia», apunta un experimentado piloto y amigo personal del fallecido.

Hasta el lugar del suceso se desplazaron varias ambulancias medicalizadas y agentes de la Guardia Civil y Bombers de Mallorca. A su llegada, las lesiones que presentaba el paciente eran incompatibles con la vida y los facultativos lo único que pudieron hacer fue certificar su muerte.

Estas aeronaves, según la legislación vigente, pueden volar entre los 500 y 1.000 pies sobre el nivel de tierra.

El fallecido era una persona muy querida y apreciada. «Lo siento mucho por sus dos hijos y su mujer. Lars era un buen hombre. El viento soplaba con fuerza y era recomendable no volar. Le encantaba la música metal y era bajista de un grupo y productor. Además, tenía una empresa de iluminación en el Polígon de Son Castelló, aunque vivía en Santanyí», concluye uno de sus amigos, también piloto.