Mouad El Khouli, en la Audiencia de Palma, en 2019. | Alejandro Sepúlveda

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Mouad El Khouli, vestido con un polo negro y el cuello subido, cogió unas tijeras de la oficina de la Audiencia de Palma en la que le notificaron su sentencia, en julio de 2019. «¡Me mato, me mato, yo no voy a la cárcel!», dijo antes de amenazar a los funcionarios. Agentes de la Guardia Civil lo redujeron y lo detuvieron. El tribunal le acababa de condenar a siete años y medio de prisión y a pagar una indemnización de 25.000 euros por violar a una joven que conoció a través de Badoo. El Tribunal Supremo ha desestimado ahora el recurso de su abogado y ha confirmado la sentencia íntegra. Esta vez ha leído el fallo entre rejas.

El joven, de origen marroquí, creó un perfil en la red social de citas el 2 de diciembre de 2014. Se hacía llamar Toni Sánchez y utilizaba una foto de otra persona. A principios de junio de 2015, contactó con una chica de 19 años y concertaron mantener relaciones sexuales en el domicilio de ella. La perjudicada siguió sus instrucciones. El día 4, a las 4.30 horas, le abrió la puerta con los ojos vendados y en ropa interior. Se dirigieron a la habitación donde el procesado le realizó tocamientos en la zona genital utilizando las manos y la lengua. La víctima enseguida sospechó que no era el hombre que había visto en la foto de Badoo y se quitó la venda de los ojos. La mujer comprobó que la persona con la que se encontraba no era la misma que aparecía en la aplicación y le pidió que se marchara. Mouad El Khouli, de tez morena y complexión gruesa, insistió en mantener relacione, pero finalmente le expulsaron de la casa.

El violador de Badoo utilizó poco después otro perfil falso con el nombre de Aitor y envió varios mensajes a la perjudicada. Le comentaba que era amigo de Toni Sánchez y que había visto un vídeo en el que aparecía desnuda. Le dijo que lo publicaría en internet si no se ponía en contacto de nuevo con su amigo.

La chica accedió a volver a verlo ante el temor de que se cumplieran las amanezas. El procesado regresó a la vivienda de la joven el mismo día y le condujo a la habitación ordenándole que se quitara la ropa. La cogió por la cabeza obligándole a realizarle una felación y después la violó.

No era la primera vez que El Khouli actuaba así. El 2 de diciembre de 2014, creó un perfil con el nombre de Mauricio y la imagen de otra persona para contactar con una chica de 20 años. Quedaron al día siguiente en el domicilio de la perjudicada donde le debía esperar con los ojos tapados y en ropa interior. Cuando el violador de Badoo llamó a la puerta, la joven miró por la mirilla y vio que no era el hombre de la fotografía. Le dijo que se marchara y el acusado obedeció. Le habían rechazado.