La joven, pixelada para que no se la reconozca, atendiendo a las preguntas de ‘Ultima Hora’. | Redacción Sucesos

TW
25

Es la joven más buscada del momento. Está acusada de tatuar penes en el rostro del hombre con discapacidad que fue retenido durante dos días en Manacor y sometido a todo tipo de torturas y humillaciones. Él mismo las había pedido durante un macabro concurso de tintes sadomasoquistas. Ayer, en el despacho palmesano de sus abogados Tomeu Simonet y Pedro Munar, la imputada mallorquina de 23 años rompió su silencio en una entrevista exclusiva con Ultima Hora y sostuvo que no sospechó que la víctima tenía las facultades mentales mermadas.

Noticias relacionadas

¿Cómo conoció a la víctima?, ¿Se habían visto antes?
—No lo conocía previamente. Fue a través de una amiga que me avisó que formaba parte de un concurso y como sabía que necesitaba dinero me ofreció participar porque había un premio de 3.000 euros. Fue este mes de marzo, eso seguro, pero no puedo decir exactamente el día. La Policía Nacional, tras las detenciones, nos confiscó los teléfonos móviles a todos y no puedo precisar la fecha.

«Estamos encerrados en casa porque nos han amenazado» «Estamos encerrados en casa porque nos han amenazado»

¿El hombre que montaba el concurso para cambiar su aspecto le dijo en algún momento que era discapacitado intelectual?
—No, al contrario. Sólo nos dio unas indicaciones de que tenía algunos problemas de salud, como problemas de piel y algo más, pero nada grave. Eran sólo temas físicos. No pensamos que fueran nada serio. Le puedo asegurar que su hablar y su comportamiento eran totalmente normales y que presumía de ser inversor, de que hacía operaciones en Bolsa, que tenía socios, etc...

¿Cuánto dinero les ofreció inicialmente por el macabro concurso para cambiar su aspecto?
—Empezó con 3.000 euros, pero luego fue subiendo. En un momento dado nos pidió que le cosiéramos los ojos y la boca y nos dijo que subiría a 25.000 euros si lo hacíamos. Nosotros, por supuesto, nos negamos y no lo hicimos.

Historia de una aberración Historia de una aberración

¿No le sorprendió que alguien pagase esas cantidades para que le hicieran aquellas barbaridades?
—En un primer momento sí, pero luego nos explicó que estos concursos ya se habían celebrado otras veces y que él mismo lo había planteado así para ganar dinero con su canal de Youtube. No vimos el problema en ningún lado. Yo, insisto, no sabía que era discapacitado.

¿Cómo quedaron?
—Todo fue a instancias de él. En el grupo de WhatsApp que creó él mismo daba las indicaciones de todo. De hecho, cuando me metieron en el grupo fui de las últimas o la última en entrar y ya había mucha gente dentro y él daba las indicaciones. Nosotros seguíamos lo que él decía.

¿Cómo fueron los dos días en el piso de Manacor?
—El primer día fue bastante light, por decirlo así: vestirlo de mujer, depilarlo y cosas de este estilo. El segundo día él se puso serio, nos dijo que si no seguíamos las reglas se anulaba el concurso. Nos hacía tomar alcohol y pedía pruebas cada vez más duras. Por ejemplo, que no le dejáramos dormir durante 34 horas seguidas. Nos había hecho firmar un contrato y lo teníamos que cumplir. Esas eran sus condiciones.

Eran dos grupos que participaron en el juego: tres jóvenes de Palma y cuatro de Manacor. ¿Se conocían entre ustedes?
—No, de nada. El piso de Manacor donde estuvimos nos dijo que era de su padre, que era millonario. O eso contó.

¿Les pidió alguna vez que pararan con las vejaciones?
—Al contrario. Pidió cosas más fuertes, como lo que le he dicho de coserle los ojos y la boca. Me dijo: ‘Si me coses los ojos y la boca subo hasta los 25.000 euros’. No quise, claro. Él mismo compró un pepino para que se lo metiéremos por el ano y nos ofrecía más dinero si lo hacíamos.

¿Les llegó a pagar alguna cantidad de dinero?
—No, nada. Cuando acabó el concurso nos dijo que el pago se haría ese mismo día antes de las doce de la noche. Dijo que tenía que mandarlo primero a su socio para formalizar el ingreso. Luego empezó a dar largas y nosotros nos pusimos nerviosos. Empezamos a dudar de él porque veíamos cosas raras. Llegó a hacer ver que hablaba con su socio y preparaba el pago, pero todo era mentira.

¿Pensaban que tenía dinero en Bolsa?
—Sí, y nos enseñó incluso en su móvil unas inversiones. Nosotros nos lo creímos.

¿Sospecharon en algún momento que iban a acabar todos detenidos?
—No, porque pensábamos que era todo legal. Había un contrato y todo, así que estábamos tranquilos. Él quería unas cosas y pagaba. No había problema porque yo no sabía que era un hombre con discapacidad mental.

¿Cómo le tatuaron los penes en el rostro?
—Era una máquina casera. Al principio tenía que venir un tatuador profesional pero al final se rajó y no vino. Así que nos pusimos a ver tutoriales de cómo tatuar de forma casera en Youtube. Compramos tinta, unas agujas y un inyector.

¿Por qué ha sido la única de los siete detenidos que declaró ante el juez? ¿Le consideran la cabecilla de la banda?
—No. Simplemente porque no tengo nada que esconder y quería hablar. Expliqué lo que le he contado: que yo no sabía que era un hombre con discapacidad y que firmamos un contrato y teníamos que cumplir.

→ El apunte
Crónica de la foto más buscada Muy nerviosa, la joven que fue detenida esta semana junto a otras seis personas por secuestrar y torturar a un discapacitado en Manacor, recibió este viernes a Ultima Hora en el despacho de sus letrados, junto a los juzgados de sa Gerreria. La chica ha sido buscada por numerosos medios de comunicación nacionales y locales, pero hasta este viernes no había roto su silencio. Como condición para la entrevista exigió que se fotografiara de espalda y, además, que fuera pixelada.