El acusado, este viernes, durante la vista.

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Sembró el pánico en Palma entre finales de marzo y principios de junio de 2019. En ese periodo prendió fuego ocho noches a contenedores de Emaya. Este viernes admitió los hechos en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania y aceptó una pena de dos años de prisión y el pago de una multa de 7.200 euros. Previo a la celebración de la vista abonó la responsabilidad civil, que ascendía a 22.469 euros. Este hecho fue tenido en cuenta por la Fiscalía, que apreció el atenuante de reparación del daño.

La oleada de incendios perpetrada por el acusado, de nacionalidad española y 60 años de edad, se inició el 27 de marzo de 2019. Ese día, a las 23.30 horas prendió fuego a un contenedor de Emaya. El día siguiente volvió a la carga. Casi a la misma hora y en el mismo sitio, el número 48 de la calle Bartomeu Torrens de Palma. Después de este segundo fuego intencionado paró. Y retomó su delictiva conducta un mes y medio más tarde.

Así, a mediados de mayo volvió a la carga y prendió fuego a otros cinco contenedores. A diferencia de las dos primeras veces, cambió las horas de actuación. Quemó depósitos a plena luz del día y de madrugada. Una de las veces el fuego alcanzó a tres vehículos estacionados cerca del incendio. El 2 de junio, de nuevo en la calle Bartomeu Torrens, quemó su último contenedor. Ese mismo día fue arrestado por la Policía Nacional. Estuvo un mes en prisión preventiva.

Este viernes, el acusado, defendido por Josep Perelló, tras reconocer los hechos, fue condenado a dos años, pero no regresará a la cárcel, la pena quedó suspendida durante cuatro años.