El acusado envió una carta desde la prisión de Palma dirigida a la Fiscalía. | Alejandro Sepúlveda

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Un juzgado de Palma ha absuelto a un joven acusado de coaccionar a un fiscal a través de una carta enviada desde la prisión. La jueza considera en la sentencia que el investigado no tuvo intención de intimidar al representante del ministerio público. La Fiscalía reclamaba una condena de cuatro años de cárcel y una multa de 3.240 euros por un delito contra la Administración de Justicia y otro de coacciones.

El fallo recoge que el acusado envió el 18 de diciembre del año pasado una carta desde el centro penitenciario de Palma dirigida a un fiscal. En la misiva, recriminaba al funcionario su actuación profesional en un juicio celebrado el 27 de junio de 2019 ante el juzgado de lo Penal número 1 de Palma en el que se le enjuiciaba por un delito de abuso sexual.

El joven le manifestaba que había aceptado la conformidad por miedo a ser condenado a una pena mayor. Al procesado le parecía extraño la rebaja de tres años de cárcel a una pena de multa y consultó con un abogado. El letrado le dijo que la única explicación posible era que la presunta víctima no se hubiera personado en el juzgado.

El acusado le reprochaba que no le hubiera dicho a su letrado que la víctima no se había personado y así se aseguró no perder el caso. Además, le informó en la misiva que formularía una queja ante el Consejo General del Poder Judicial y que podría resultar el final de su carrera o muchos años de inhabilitación.

La jueza señala que el joven tiene «ciertos déficits a la hora de resolver conflictos», pero que no ha quedado acreditado que actuara de forma dolosa.