El acusado, custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, en el juicio celebrado esta mañana en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Las llamadas lo delataron. Un hombre ha aceptado en Palma una condena de dos años de cárcel por entregar medio kilo de cocaína a una 'mula' en Fuenlabrada (Madrid). El acusado, de 52 años y nacionalidad nigeriana, también ha admitido una multa de 20.000 euros en el juicio celebrado la mañana de este martes ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. El tribunal, que ha tenido en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada, ha acordado la suspensión de la pena de prisión durante cinco años.

El abogado defensor del investigado, Juan Carlos Peiró, ha pedido la libertad del procesado y el fiscal no se ha opuesto. El hombre, que no tiene antecedentes, se encontraba en busca y captura y fue detenido hace cerca de dos meses en el aeropuerto de Palma cuando regresaba de su país. Un juzgado ordenó su ingresó en prisión provisional.

Los hechos por los que ha sido juzgado tuvieron lugar entre agosto de 2012 y marzo de 2013. El acusado, junto a otro hombre que se encuentra en paradero desconocido, se dedicó a la venta y distribución de cocaína en Mallorca. Los dos investigados constituyeron un grupo estructurado y organizado que durante varios meses introdujo droga en Mallorca procedente de la Península. Además, enviaron cocaína desde España a otros países.

Los procesados, según indica la Fiscalía, reclutaron a principios de octubre de 2010 a otro individuo, nigeriano de 39 años, para que transportase una importante cantidad de cocaína desde Madrid hasta Bolonia (Italia). El hombre juzgado en la Audiencia de Palma entregó a la 'mula' medio kilo de cocaína en un domicilio de la localidad madrileña de Fuenlabrada, donde igualmente recibió un billete de AVE para viajar a Barcelona y otro de autocar para ir a Bolonia.

Una vez la ciudad italiana debía entregar el cargamento a una persona apodada como 'Jack'. Los planes no salieron como esperaban. El 9 de octubre de 2012, agentes de la Policía Nacional identificaron al sospechoso en la estación de autobuses del Norte de Barcelona y procedieron a su detención.

El hombre llevaba en el interior de su organismo un total de 600 gramos de cocaína repartidos en 50 envoltorios cuyo precio en el mercado ilícito asciende a casi 40.000 euros.

La Fiscalía reclamaba al inicio de proceso judicial una condena de cinco años de cárcel y una multa de 100.000 euros. La defensa del acusado ha llegado a un acuerdo con el fiscal Julio Cano y ha rebajado su petición a dos años de prisión y multa de 20.000 euros