El acusado, este jueves, en el juicio celebrado en Palma. | G.E.

TW
4

«Quería decir que se ha portado muy bien conmigo. Antes era un conocido y ahora es un amigo. Durante este tiempo me ha ayudado mucho y es una lástima lo que pasó. Fue un error». Lo que pasó fue que un albañil cayó desde nueve metros de altura en una obra en una nave del polígono de Consell en 2016.

El hombre, que se encontraba realizando su trabajo sin cinturón de seguridad, sufrió heridas muy graves que tardaron casi dos años en curar. No ha podido volver a trabajar en la construcción desde entonces.

El dueño de la empresa que lo contrató fue condenado ayer a medio año de cárcel y una multa de 360 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones imprudentes. La compañía aseguradora ha indemnizado al peón herido con 9.000 euros por las lesiones. El perjudicado explicó a la jueza que el empresario se ha portado muy bien con él desde que se produjo el accidente.

Los hechos se remontan al 17 de agosto de 2016. El acusado contrató como peón al hombre para colocar poliespán como aislante, una chapa metálica sobre la cubierta de la nave industrial y sustituir las claraboyas por dos placas translúcidas. El 18 de agosto, a las 8.00, el trabajador contratado siguió las órdenes del empresario y subió a la cubierta de la nave. Caminaron por toda la cubierta y empezaron a retirar una chapa metálica. El peón, que no llevaba arnés, se precipitó de nueve metros de altura tras pisar una claraboya que se partió. «Un error», dijo la víctima por teléfono.