Captura de un vídeo subido a las redes sociales por un cliente de la discoteca clausurada. | Redacción Sucesos

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Los clientes de los establecimientos y las redes sociales se han convertido en los mejores aliados de la Policía Nacional y de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma.

El pasado domingo, tras tener conocimiento de la publicación de varios vídeos de Instagram, los agentes irrumpieron en una conocida sala de fiesta ubicada en la plaza Mediterráneo (Gomila). Dentro había 65 jóvenes bailando y no respetando las medidas sanitarias de seguridad. Muchos iban sin mascarillas y no respetaban la distancia.

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Al interrumpir la fiesta se vivieron algunos momentos de tensión. Los clientes comenzaron a gritar a los agentes y los abucheos fueron en aumento. Finalmente, varias patrullas uniformadas controlaron la evacuación y no hubo que lamentar ningún incidente destacado. El local en cuestión fue sancionado.

Por otra parte, el domingo, a las 20.45 horas, una comitiva policial acompañada por técnicos del Govern balear, inspeccionaron un concierto que se estaba realizando en una conocida sala de Bunyola.

En la misma detectaron a unas 400 personas que estaban cenando en varias carpas. Los técnicos de Turisme levantaron dos actas sancionadoras; una por sala y otra por restaurante.