La Policía Judicial de la Guardia Civil detuvo el viernes a la sospechosa. | Alejandro Sepúlveda

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La Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca cree que la enfermera detenida el viernes por robar miles de dosis de morfina en el hospital de esa localidad llevaba meses hurtando la sustancia, de forma discreta para no llamar la atención.

Tal y como adelantó este sábado en primicia Ultima Hora, los agentes llevaban un tiempo tras los pasos de la ladrona y tenían claro un dato: la persona que sustraía la droga hospitalaria tenía que ser un trabajador del centro, ya que tenía acceso a zonas prohibidas. Desde el hospital de Inca fueron los primeros en darse cuenta de lo que estaba ocurriendo y presentaron una denuncia en el cuartel.

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De la investigación benemérita se desprende que la enfermera acusada, cuya identidad no ha sido facilitada, sufría ciertas adicciones que la llevaron a sustraer ese material médico. Los controles para acceder a la morfina son muy estrictos y las fuentes consultadas indicaron que los profesionales tienen que utilizar una contraseña personalizada e incluso tienen que poner su huella.

Por este motivo, ahora se investiga cómo consiguió sacar tantos envases y si pudo suplantar la identidad de algún compañero. De momento, en la operación de la Policía Judicial de Inca solo se ha practicado una detención, pero no se descarta que en los próximos días pueda haber más imputados si se confirma que la mujer recibió algún tipo de ayuda. Otro dato que no cuadra a los investigadores es que todo el material que se ha recuperado, que suma 2.000 dosis de morfina, fuera solo para consumo propio de la detenida. Su declaración, en este sentido, será clave para aclarar este extremo. La Benemérita investiga si vendió parte de las sustancias para financiarse sus adicciones.