Rafel Amengual Henry, en las instalaciones de nuestro diario en el Passeig Mallorca. | Julio Bastida

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«Soy Rafel Amengual Henry. He sido agente de la Policía Local de Palma durante 24 años. El 12 de enero de 2015 fui detenido delante de mi esposa e hijo de 13 años en el marco del conocido ‘caso Cursach’. Me imputaban una ristra de seis graves delitos que jamás he cometido y me trataron como a un delincuente. Desde que me detuvieron, mi vida ha sido una pesadilla. Lo he perdido todo». Así arranca el relato de uno de los policías implicados en la presunta trama de corrupción policial. Se trata de un agente que fue detenido en dos ocasiones ante las acusaciones que lanzaron sobre su persona testigos protegidos como ‘La Madame’ y ‘El Ico’, entre otros. Acusaciones que nunca fueron probadas, pruebas fabricadas, testigos de dudosa credibilidad e indefensión al no dejar vertir prueba de descargo, son algunas de las injusticias que denuncia nuestro protagonista. De las tres piezas en las que estaba acusado ya ha sido desimputado de dos.

Suspendido

«Desde un primer momento el Ajuntament de Palma nos suspendió de empleo y sueldo. Les importó muy poco la presunción de inocencia. Me dejó con una nómina de 800 euros al mes. Lo peor de todo es verte señalado por la gente, por los compañeros e incluso por tu propia familia», comenta Amengual. «Ser inocente, policía y que te señalen por la calle es algo muy duro. Al poco tiempo, me volvieron a detener, pero tras prestar declaración judicial me dejaron en libertad con cargos.

Nunca olvidaré que tras varias horas de declaración y con lágrimas en los ojos de impotencia y rabia, el exfiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán, con mirada desafiante y llena de odio me dijo: ‘Que sepas que esto será largo y doloroso’. Me quería ver en la cárcel», añade el exfuncionario policial.

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Amengual rompe su silencio y elige Ultima Hora para expresar sus sentimientos más profundos. «Lo he perdido todo. Estoy sordo por un accidente en acto de servicio, esta situación provocó la ruptura matrimonial, sin trabajo, sin dinero, señalado por la gente y compañeros, tuve que vender la casa y entré en una gran depresión. Ahora, con 54 años, la seguridad social me ha jubilado al mismo tiempo que una sentencia judicial obliga al Ajuntament a que me reincorpore a mi puesto de trabajo. ¿Y ahora qué hacemos?», concluye.

Rafael Amengual Henry solicita a Cort que no se vulneren sus derechos fundamentales y, mucho menos, que se le descrimine por motivos de discapacidad y vulneración del derecho a adaptación del puesto de trabajo por discapacidad sobrevenida.

La semana pasada Cort empezó a pagar a los policías locales que fueron suspendidos de sus funciones tras ser imputados por corrupción en el ‘caso Cursach’ y que después han sido exculpados. De momento, cinco funcionarios han cobrado más de medio millón de euros por nóminas suspendidas.

«Llevo seis largos años viviendo en el infierno, me han arrebatado la vida»

«Muchas noches sin dormir, pastillas, visitas al médico, al psiquiatra. Muchas preguntas dentro de mi cabeza sin respuesta. Llevo seis largos años viviendo en el infierno». Rafel Amengual, pide justicia y lo tiene muy claro: «No hay papel suficiente para narrar el sufrimiento de un simple expolicía al que le ha arrebatado la vida».