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El jurado ha declarado por unanimidad culpable de un delito de asesinato y de otro de abandono temporal de menor a una mujer por la muerte de su bebé de 17 meses, a la que dejó sola en la casa durante más de un mes tan solo con un biberón y unas galletas. El tribunal popular se opone a que se le conceda la suspensión de la pena y el indulto.

Tras el veredicto del jurado, leído este jueves en la Ciudad de la Justicia de Málaga, tanto la Fiscalía como la defensa han reiterado que se le debe imponer 15 años de cárcel por el delito de asesinato y un año más por el de abandono temporal de menor. Asimismo, se ha prorrogado la situación de prisión provisional.

El abogado de la joven, José Luis Rodríguez Candela, ha recordado que su cliente «ha asumido su responsabilidad desde el primer momento» y, además, ha mostrado arrepentimiento «inicialmente y ahora y no le queda más que cumplir y penar, porque a nivel personal ya lo está penando».

El jurado ha declarado probado todo el relato de la acusación, que la propia mujer reconoció el pasado lunes entre sollozos sobre cómo desde el principio dejaba sola a su hija en casa durante toda la noche y hasta las 14.00 horas del día siguiente por trabajo o para quedarse en casa de amigos.

También se ha declarado probado que un día de octubre de 2018 la acusada dejó a la pequeña en la habitación de la casa, con las persianas bajadas y la puerta cerrada, tan solo con un biberón y galletas y no volvió más. El cuerpo fue hallado en noviembre, siendo la causa de la muerte un cuadro de deshidratación e inanición y falta de cuidados físicos e higiene.

La mujer era la única persona al cuidado de la niña y admitió ser consciente de que con esta acción de abandono iba a morir, ya que, además, no dijo nada a nadie de cómo estaba o del paradero de la bebé, sino que siempre señalaba que había una persona que se quedaba con ella.

«Lo siento mucho, me arrepiento mucho», dijo en su derecho a la última palabra en el juicio la acusada, que se quedó embarazada en su país, Marruecos, y se trasladó a España a finales de marzo de 2017 para ocultar por motivos culturales y sociales esta situación al padre, mientras que la madre y los hermanos mayores, «en posición económica desahogada», financiaron su estancia aquí.

Tras dar a luz en la localidad malagueña de Vélez-Málaga el 4 de mayo de 2017, se quedó a vivir en la casa de su hermana y su cuñado, que iban y venían de Marruecos. La situación se prorrogó hasta mediados de 2018 cuando se trasladó a Málaga y alquiló una casa con el dinero que le enviaba su familia.

La joven comenzó a trabajar de camarera en una discoteca y dado el horario nocturno de trabajo, cuando esta se dirigía a la discoteca, sobre las 02.00 horas, dejaba sola a la bebé, que contaba entonces con 15 meses. Al terminar a las 06.00 horas de trabajar no regresaba a su casa sino que iba para descansar a la de una amiga, según corroboraron los testigos y admitió ella.

Así, hasta por lo menos las 14.00 horas del día siguiente la niña permanecía sola en la casa desprovista de la necesaria atención afectiva y de los cuidados --bebida, alimentación, aseo--; una situación que se mantuvo incluso después de terminar la relación laboral con la discoteca al tener la joven una intensa vida nocturna.
En un momento no determinado, a mediados de octubre de 2018, la acusada abandonó definitivamente el apartamento y dejó a su hija allí. El cuerpo fue encontrado, en avanzado estado de descomposición, después de que la acusada reconociera a sus hermanos que la había dejado sola.