Javier Barinaga, Manuel Penalva, Miguel Ángel Subirán en una reciente imagen. | Pere Bota

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El hijo del empresario Bartolomé Cursach ha negado este lunes, en el Juzgado de lo Penal número 6 de Palma, haber utilizado el nombre de un testigo de la macrocausa para publicar en una web un comentario difamatorio contra el juez Manuel Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán.

El Juzgado ha celebrado este lunes un juicio por estos hechos, por los que el fiscal pide una multa y la acusación particular -en nombre del testigo suplantado- solicita tres años de cárcel y una indemnización de 12.000 euros.

El comentario fue publicado en un periódico digital, dentro de una noticia relativa a la instrucción de la causa la tarde del 7 de noviembre de 2018, utilizando el nombre y apellidos del testigo, que había declarado anteriormente contra Cursach. El texto era el siguiente: «Como testigo protegido que soy, he de admitir que también sufrí presiones del juez y fiscal para que me inventara acusaciones».

El testigo vio el comentario publicado a su nombre y presentó una denuncia. La Policía Nacional rastreó la dirección IP desde la que se publicó el mensaje, que aparecía vinculada a la vivienda del hijo de Cursach y a nombre de una de las sociedades del Grupo Cursach.

La defensa no ha cuestionado el rastreo de la IP pero ha negado que el hijo del empresario investigado fuera quien publicase el comentario. El acusado ha sostenido que la red wifi de su casa no tenía contraseña porque él prefería dejarla abierta para las visitas, y que por tanto, cualquier persona podría haber enviado el comentario.

En este sentido, el hombre ha negado que el comentario saliera de su ordenador, indicando que «nadie entró» en su equipo ni detectó ninguna infiltración por 'malware'.

El procesado ha afirmado que la publicación de ese comentario le ha perjudicado porque ha implicado tener a «la prensa detrás» de él. Además, ha hablado de la mala relación entre su padre y el testigo, que fue condenado por calumnias hace años por un blog en el que acusaba a Cursach de múltiples delitos.

Por su parte, el denunciante ha mantenido que «es falso» que él publicase el comentario o que recibiera presiones para alterar el contenido de sus declaraciones en el 'caso Cursach'. «Yo nunca recibí ninguna presión del juez, del fiscal ni de nadie», ha aseverado.

El testigo -que ha aclarado que nunca ha ostentado la condición de testigo protegido como se afirmaba en el texto- ha sugerido que este comentario beneficiaba al entorno de Cursach, supuestamente para librarse de las acusaciones que pesaban contra él. «Lo intentan con todos, han acusado al juez y al fiscal, conmigo no va a funcionar», ha dicho.

En este sentido, el hombre ha afirmado que le preocupaba que este comentario pudiera minar su credibilidad. «La gente puede dudar de que yo estoy diciendo la verdad», ha dicho. Respecto a su condena por calumniar a Cursach, ha declarado que lo que publicó en el blog por el que fue condenado «es el rosario de delitos por los que le están acusando (a Cursach)» en la actualidad.

En el juicio ha comparecido asimismo el que fuera inspector jefe del Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía Nacional, que se encargó de investigar el origen del comentario en Internet. La defensa le ha hecho varias preguntas relacionadas con su imputación dentro de una causa que tramita el Tribunal Superior de Justicia, donde se cuestiona la instrucción de la macrocausa.

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El agente sostuvo en la investigación sobre el comentario que el mensaje publicado provendría del «entorno de Cursach». La defensa le ha preguntado a qué se refería con esa expresión, a lo que el policía ha contestado que «todo el que quiere que la causa principal se caiga, investigados, abogados» e incluso «fiscales, como creo que hay algunos».

Por otro lado, el funcionario ha explicado que, según la información proporcionada por la compañía telefónica, el router desde el que se publicó el comentario dejó de tener actividad cinco días después de los hechos.

Otro agente de la Policía Nacional, en este caso un técnico informático, ha señalado que no es posible concretar el dispositivo desde el que se realizó la publicación sin un estudio del router y los ordenadores, aunque sí se puede obtener la dirección IP privada. También ha considerado que es «muy imprudente» tener una red wifi desprotegida y ha apuntado que las compañías telefónicas siempre entregan los aparatos con una contraseña.

Tras la prueba testifical, la Fiscalía ha mantenido la acusación considerando acreditado un delito de calumnias, al estar imputando el comentario al juez Penalva y al fiscal Subirán el haber influenciado a un testigo.

«Se han atribuido a dos personas determinadas unos hechos muy concretos con el ánimo de difamar», ha sostenido el fiscal, que ha añadido que con esto se pretendía «distraer la atención pública» de Bartolomé Cursach (padre) e «intentar crear la opinión de que (la macrocausa) se trata de un procedimiento viciado que debe declararse nulo».

La Fiscalía considera que «la prueba directa» de la autoría del delito es la dirección IP atribuida al domicilio del acusado. El fiscal ha dicho que es «irrisorio» pensar que el acusado dejase su wifi desprotegida siendo «el hijo de un investigado en una de las macrocausas de corrupción más importantes en Palma», «dejando abierta la posibilidad de que policías o periodistas intentasen acceder a su información personal».

Además, el fiscal ha defendido que, teniendo en cuenta la potencia del router y la distribución de paredes de la casa, el rango de alcance de la red sería de unos 45 a 50 metros, con lo que entiende que el comentario «no pudo hacerse desde fuera».

Por su parte, el abogado de la acusación particular se ha adherido a las alegaciones del fiscal, y ha hecho hincapié en que el comentario buscaba, a su entender, «mermar la credibilidad como testigo» del denunciante y «menoscabar su honor».

Finalmente, la defensa ha incidido en que no se ha demostrado que el autor del comentario fuera el hijo de Bartolomé Cursach. En su alegato, ha dirigido varias críticas a la Policía Nacional afirmando que «su actividad investigadora ha sido paupérrima».

«Hay un muerto con un disparo y nadie se preocupa por buscar la pistola», ha ironizado, censurando que no se investigase la titularidad de la cuenta de correo proporcionada para publicar el comentario.

También ha cuestionado la falta de pruebas periciales sobre el alcance de la red wifi y ha planteado que «mucha gente de lo que se ha definido como 'el entorno de Bartolomé Cursach' podría haber pasado» por la casa y ser el autor del comentario.

Antes de concluir el juicio, el acusado ha hecho uso de su derecho a la última palabra para señalar, entre otras consideraciones, que todas las veces que se ha cruzado con Penalva y Subirán «jamás» les ha «dicho nada». «Ni me he dirigido a ellos en ningún término», ha zanjado.