En el coche. Los dos cadáveres aparecieron el jueves por la tarde en el interior del Dodge negro del piloto que estaba aparcado en una gasolinera de Peguera. | Michel's

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«Mi hermano era una persona muy noble y honesta. No era un maltratador. Se volvió loco por la forma en la que ella rompió la relación hace quince días. Nunca nos habríamos esperado una tragedia así, estamos destrozados». La familia de Mariano A. G., el presunto asesino de Peguera, se puso este sábado en contacto con Ultima Hora para matizar una serie de detalles relacionados con el caso. Su hermana descartó que se tratara de un suicidio pactado.

«Ella se vino a vivir a la casa de mi madre en Esporles, no en Palma como se ha dicho. Estaba en el paro. Mi hermano y ella estaban juntos desde hacía un par de meses, eran novios. Pero ella le dejó hace quince días de muy malas formas», contó la mujer.

«Voy al médico»

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Habibe, la búlgara de 37 años, puso fin a la relación sentimental a principios de este mes y, según la familia de Mariano, le dijo «que se iba al médico, salió con el coche» y ya nunca más regresó a la casa que compartía con él y la madre de su pareja. El piloto encajó muy mal el golpe y durante días intentó contactar con la camarera, que había conocido en 2018 en el bar de Punta Ballena en la que ambos trabajaban. «Se ofuscó por cómo lo había dejado, Mariano se volvió loco. Quería saber por qué ella se había marchado a escondidas», apunta la familia.

La escopeta repetidora la compró hace escasos días y los investigadores han descartado que fuera cazador. Le gustaba el tiro y lo había practicado en Manacor, pero todo apunta a que compró ese arma con la intención de matar a Habibe y luego suicidarse. Su hermana quiere dejar bien claro que «se ha dicho que fue militar, pero eso fue hace mucho. Ahora era piloto de aviones, de una UCI móvil. Volaba al Vall d’Hebron, por tema de trasplantes o por enfermos de coronavirus. No tenía antecedentes. Tampoco fumaba o bebía, era una persona muy sana. Le gustaba mucho estar en forma».

La víctima era muy querida en Magaluf, donde sus compañeros explicaron que era una trabajadora incansable: «Bibi nunca daba un problema, era muy profesional y buena persona. Estamos consternados». Tras marcharse de la casa de Esporles que compartió con Mariano, se instaló en el piso de un compañero de trabajo. Estaba afectada y, según sus allegados, tenía miedo a su ex, que la estaba acosando. «No quería verle porque tenía miedo de cómo podía reaccionar él. Eso que se ha dicho de un suicidio pactado no tiene ni pies ni cabeza. Bibi no quería matarse. Lo que pasa es que le tenía mucho miedo porque él era muy celoso y se había obsesionado con volver con ella», sostienen.