El acusado en una sala de lo Penal de los juzgados de Vía Alemania de Palma. | Juan P. Martínez

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Lleva desde el pasado 27 de diciembre en prisión provisional, poco después de ser arrestado. Se le acusa de prender fuego de manera intencionada al edificio que años atrás albergó la discoteca Asai, en la plaza Porta de Santa Catalina, en Palma, y que se encontraba en obras. La Fiscalía pide para él cinco años de prisión.

Durante el juicio, celebrado en la jornada de este lunes, el imputado negó cualquier implicación con los hechos y lo achacó a una venganza de su exjefe, que fue quien denunció lo ocurrido. «Dijo que yo quemé el edificio para no tener que pagarme lo que me debía», aseguró.

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La principal prueba que tuvieron los investigadores de la Policía Nacional eran dos vídeos en los que situaban al sospechoso en las inmediaciones del lugar poco antes de que se declarase el fuego. Durante la vista se reprodujeron las imágenes y el procesado, de nacionalidad marroquí, no se reconoció en ellas. «Ese no soy yo. Yo ese día estuve con mi hermana, que es azafata y vino a Palma», declaró. El acusado explicó la relación laboral que tuvo con el demandante, su exjefe. «Trabajé con él desde 2010 a 2019, que lo dejé porque no me pagaba bien», relató en la sala. Por su parte, el perjudicado sostuvo durante el juicio que el imputado tenía llaves de una de las puertas de entrada del edificio. «Tenía la llave de allí porque el encargado de la obra, con mi permiso, se las dio», subrayó. Cuestionado sobre si le debía dinero al acusado, el demandante lo negó. «Nuna he dejado de pagar a nadie», apuntó. El empresario relató que semanas antes del incendio el imputado le amenazó. «Empecé a recibir mensajes suyos con claro tono amenazante y esto fue lo que me llevó a pensar tras el incendio que había sido él», dijo.

El juicio continúa este martes. El procesado se enfrenta a una pena de cinco años de cárcel y al pago de 14.004 euros de responsabilidad civil.

La biblioteca de Can Sales tuvo que ser desalojaba

La intensa humareda que provocó el incendio la tarde del 13 de diciembre de 2019 obligó a desalojar la biblioteca de Can Sales, que se encuentra pegada al edificio afectado. Fue un cliente de un hotel cercano quien avisó a los bomberos, que acudieron de inmediato y en pocos minutos extinguieron las llamas.

Los bomberos, en el lugar de los hechos. Foto: A. SEPÚLVEDA