El testigo 29 fue entrevistado en 2018 por Ana Rosa Quintana, | Redacción Local

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El testigo protegido 29 del caso Cursach es «quizá el más peligroso de la causa» y fue empleado como un «misil teledirigido» por el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán.

Un informe policial de más de 400 páginas desmonta a uno de los personajes clave del caso en torno al que se introdujeron las supuestas orgías de Tito's o la presencia de sicarios rumanos. En realidad, según la investigación de la policía judicial, el 29 empleó el caso para destruir a un antiguo compañero de piso del que se había «obsesionado locamente». Fruto de sus esas declaraciones, un ciudadano rumano cumplió tres años de prisión y otro aguarda una pena similar.

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El informe señala que las ocho agresiones que ha denunciado el testigo son más que dudosas. En torno a la primera, que desembocó en una condena, hizo pasar como lesiones producidas por una paliza las que había sufrido en un accidente de tráfico de semanas antes. Ocultó los informes médicos de esas heridas en todo momento. Además, cuando llamó a la policía, dijo que le acababa de golpear en su aparcamiento. La llamada la realizó cuando estaba a dos kilómetros de su domicilio.

Antes de irrumpir en el caso Cursach, el testigo protegido acosaba a su excompañero de piso de forma habitual. Durante poco más de un año llamó 134 veces al 091 para denunciar a esta persona y a su pareja. Cuando ese acoso fue descubierto y se tornó en denuncias en su contra, optó por acudir al Grupo de Blanqueo. Desde que se personó en el caso ha formulado más de sesenta denuncias diferentes, las últimas alientan las mismas tesis de Penalva y Subirán sobre un complot policial en su contra.

El Tribunal Superior de Justicia ha citado a declarar como investigado al testigo 29 el próximo mes de septiembre.