Bartolomé Clar fue juzgado en 1999 y condenado a 23 años de cárcel por matar a Ana Belén Gil. | FERRAN CARBONELL

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La última vez que Bartolomé Clar Camacho tuvo un permiso para salir de la cárcel mató a su novia de una treintena de puñaladas y la remató con la lápida de una tumba del cementerio. Fue el 22 de diciembre de 1997. El autor del tres asesinatos ha pedido ahora salir de nuevo de la cárcel por razones humanitarias. Lleva treinta años y tiene un comportamiento bueno en prisión, hasta el punto que tiene recompensas. La Audiencia considera que no es suficiente ese periodo de cumplimiento ni su buena conducta: «Presenta un perfil impulsivo». Se confirma así el criterio de la junta de tratamiento de la cárcel que ya desaconsejó los permisos.

El crimen del cementerio fue el tercer asesinato cometido por Clar. La víctima, Ana Belén Gil, tenía 18 años cuando la mató. Conocida como ‘la parricida de Calvià’, se conocieron en prisión cuando ella cumplía condena por, a su vez, ser la autora de la muerte de su padre. Salieron juntos de permiso y, antes de regresar a la cárcel, fueron al cementerio. Allí, él la atacó con un arma blanca por la espalda. Ella se zafó y la persiguió, la acorraló y la cosió a puñaladas. Luego la remató de un golpe en la cabeza con una lápida. Estuvo cuatro días huido hasta que fue detenido.

En el juicio se le condenó a 23 años de cárcel. Esa pena se sumaba a los casi 60 años que ya tenía que cumplir por sus dos primeros crímenes: los asesinatos de su suegra y su cuñado. También les apuñaló a ambos, en este caso en 1989. Esas primeras condenas las terminó de cumplir en el año 2004 porque se decidió no acumulárselas porque se trataba de dos crímenes diferentes. Así pues, ahora mismo ha cumplido ya gran parte de esa condena, un periodo que le daría acceso al permiso. Sin embargo, la Audiencia señala que esos requisitos «no son suficientes» sino que hay que valorar cada caso. Sobre Clar señala que los informes técnicos reflejan que no asume su responsabilidad por los crímenes de forma plena: «Estos datos unido a que cometió un delito de suma gravedad durante un permiso desaconsejan la salida».

Perfil

La resolución de la Audiencia Provincial se basa en los informes de la junta de tratamiento que señalan que Clar tiene un perfil «impulsivo» y que «minimiza su responsabilidad» en torno a los crímenes que cometió.

Así, concluye que es necesario que continúe su tratamiento penitenciario antes de que pueda disfrutar de permisos. El horizonte para su cumplimiento de la pena está en torno a 2027 cuando saldría tras casi cuarenta años en la cárcel.