El informe apunta a que el testigo 29 simuló las agresiones de las que acusó a rumanos. | Telecinco

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La Policía Nacional tiene pruebas «objetivas» y «testimonios más que suficientes» de que el testigo del ‘caso Cursach’ que más veces ha declarado es «una persona taimada e inteligente, que fabrica pruebas con una preparación que raya lo profesional». En un oficio remitido el Tribunal Superior de Justicia, los dos inspectores que ya acreditaron las mentiras de la Madame, informan al instructor cómo otros cuatro testigos, entre ellos el 29 y ‘El Ico’ mintieron durante la instrucción del ‘caso Cursach y que esas declaraciones falsas fueron «presuntamente» empleadas por el juez Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán «para conseguir acusaciones a toda costa».

El oficio responde a una providencia del magistrado Carlos Gómez que pedía información sobre la marcha de las investigaciones. Los inspectores señalan que es necesario profundizar en algunos aspectos y quieren investigar una serie de teléfonos y confirmar las visitas del 29 a centros sanitarios. Este testigo, que ha comparecido en un centenar de ocasiones en distintos juzgados para presentar una riada de denuncias, declaró haber sufrido agresiones. Sus acusaciones llevaron a la condena de dos ciudadanos rumanos. La policía señala que, de uno de estos episodios tienen pruebas que acreditan que ningún sicario pegó al testigo sino que éste resultó herido de un martillazo en una pelea con su compañero de piso.

Los inspectores han pedido al magistrado que declare secretas estas actuaciones, pero el juez lo ha rechazado. Sostenían que ese sigilo era de «vital importancia», en base a que «los testigos, en especial el 29 podrían fabricar nuevas denuncias e incluso pruebas falsas para acusar a los investigadores o terceras personas a sabiendas de su falsedad».
El testigo 29 llegó a la causa con días de diferencia a la Madame, cuando ya había sido detenido Bartolomé Cursach, en marzo de 2017. Era un antiguo camarero de Tito’s y declaró en torno a las supuestas orgías en el establecimiento.

Agresiones falsas

Además, durante meses desgranó haber sufrido numerosas agresiones que llevó a que tuviera una vigilancia policial especial. A lo largo de tres años ha presentado medio centenar de denuncias. El oficio policial apunta a sospechas de partes médicos falseados.

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Las conclusiones se basan también en declaraciones de uno de los agentes de Blanqueo que señaló que el testigo protegido mintió sobre una agresión en la que dijo que le habían roto un diente. Otro aspecto que los inspectores quieren aclarar el uso de móviles por parte del 29 para autoamenazarse.

El oficio policial insiste en que, de forma deliberada, se omitieron investigaciones que hubieran demostrado las mentiras de estos testigos protegidos.

‘El Ico’, utilizado y «dirigido» para acusar a policías locales

Sobre ‘El Ico’, el informe policial señala que «podría haber sido utilizado para acusar a policías locales de forma dirigida por los investigadores e incluso preparándolo antes de cada declaración».

También plantea que el testigo pudo intentar utilizar esas declaraciones para beneficiarse en otras causas.