Imagen de archivo de tres agentes de la Guardia Civil, en un cuartel de Mallorca. | Alejandro Sepúlveda

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Un hombre ha sido condenado a medio año de cárcel por golpear y morder a un guardia civil en la Colònia de Sant Jordi. La pareja del acusado también ha sido sentenciada a la misma pena por un delito de atentado tras pegar a dos agentes y a un policía de local de ses Salines que acudió al lugar. El juez ha tenido en cuenta la circunstancia atenuante de influencia etílica, ya que ambos actuaron bajo la influencia del alcohol. Los procesados indemnizarán a los dos guardias civiles agredidos con 350 euros a cada uno y la mujer abonará 250 al policía por las lesiones ocasionadas.

Los hechos se remontan a las 18.30 horas del 19 de agosto de 2014. El hombre, de 43 años y nacionalidad portuguesa y la mujer, de origen alemán y la misma edad, se encontraban ebrios y molestaban a los clientes de un bar de la localidad. El camarero se negó a servir más consumiciones al acusado y este se alteró. El empleado del establecimiento avisó a la Guardia Civil, que se desplazó de inmediato hasta el bar en el que se produjo el altercado.

El juez considera probado en la sentencia que la pareja empezó a insultar y a amenazar a los agentes, que les acompañaron hasta el coche del enjuiciado para que se identificara. El hombre abrió la puerta del vehículo y golpeó a uno de los guardias civiles y después le dio un puñetazo en el costado izquierdo. La mujer también agredió a los funcionarios y a un policía municipal de Ses Salines que acudió en apoyo.

Mordisco

Los agresores tuvieron que ser reducidos y detenidos. El hombre, cuando estaba en el suelo, dio un mordisco a uno de los guardias civiles en su gemelo derecho. Los perjudicados sufrieron contusiones torácicas a consecuencia de los golpes. El agente que recibió un mordisco también tuvo una contusión en la rodilla derecha.

Los encausados negaron en el juicio la agresión a los dos guardias civiles y al policía local de ses Salines y ofrecieron otra versión. Explicaron que los agentes, «sin ningún motivo», los detuvieron y golpearon. Además, añadieron que el policía de ses Salines, defendido por Guillem Cladera, del bufete Barceló, tenía especial inquina al acusado.

La mujer indicó que era la primera y única vez que tenía problemas con la policía e insistió que los agentes le golpearon. El hombre reconoció que esa tarde bebió alcohol y que el camarero los quiso echar. Negó que agrediera a los agentes y que mordiera a uno de ellos. El sospechoso no supo explicar el motivo de su detención ni por qué presentaban lesiones los guardias civiles.

«Ya vienen a dar por culo»

El instructor de las diligencias declaró que entrevistaron al camarero, quien les manifestó que los acusados le habían tirado una consumición porque se negó a servirles más alcohol.

El agente recordó que cuando se acercaron a la pareja escuchó que decían: «Ya vienen los guardias civiles a dar por culo», entre otras cosas. La intención del guardia civil fue separarlos de la terraza e ir a un lugar en el que no hubiera menores de edad y por ello, teniendo en cuenta que los acusados guardaron la documentación en el coche, los acompañaron al vehículo.

Durante el camino, el hombre dio un empujó a uno de los guardias y al llegar al coche abrió la puerta del conductor y golpeó al agente. En un momento de la intervención apareció un tercer hombre (recientemente fallecido) que salió de la terraza del establecimiento y lanzó una botella de cerveza que impactó contra uno de los guardias civiles y después le dio dos puñetazos.

El juez señala en el fallo que la conducta de los acusados fue «activa, grave y violenta». Se resistieron a ser identificados por parte de los agentes, les contestaron con amenazas e insultos y arremetieron contra ellos con patadas y puñetazos.