El material que utilizó el ladrón para el robo frustrado. | CNP

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Un ladrón sin suerte pero sincero. La Policía Nacional arrestó en la madrugada del viernes al sábado a un delincuente de 61 años que estaba forzando con una cizalla la persiana metálica de un local de Palma. Al ser cazado, se vino abajo: «De alguna manera me tengo que ganar la vida, ¿no?».

A la una y cuarto, un vecino alertó a la sala del 091 de que un individuo estaba forzando un establecimiento del barrio del Camp d’en Serralta y que, al lado, había un todoterreno mal aparcado. Unos agentes de paisano que se encontraban en las inmediaciones fueron los primeros en llegar y dieron el alto al ladrón, que intentó huir.

Sin embargo, la rápida intervención policial le cortó el paso y fue arrestado allí mismo. Se trata de un español de 61 años, al que le habían dejado el todoterreno, y que cuenta con antecedentes policiales. De hecho, le constaba una orden de detención por parte de un juzgado de Palma por un robo con fuerza.

La policía le intervino la cizalla utilizada en el intento de robo y en el vehículo se localizó un martillo, un cincel, y unos guantes. En los bolsillos también le encontraron un destornillador.

Al registrar el todoterreno, los agentes se llevaron una sorpresa porque en el interior había dos perros. Según se ha podido demostrar, la persona que el prestó el vehículo no tenía ni las más mínima idea de las oscuras intenciones del varón.