El procesado en una sala de lo Penal de Palma. | Juan P. Martínez

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El primer atraco lo llevó a cabo a las 16.00 horas del 10 de julio de 2019. Se apoderó de joyas y dinero en una vivienda de sa Pobla. Fue sorprendido por uno de los moradores, al que agredió antes de huir. El día después, a las 19.00, volvió a las andadas. Esta vez eligió un bar de la misma localidad. Metió la mano en la caja registradora y fue visto por el dueño. En ese momento el acusado le golpeó sin parar en el rostro. 24 horas después fue arrestado por estos hechos y enviado a prisión. Y este miércoles juzgado en Palma.

Multa

El imputado, de nacionalidad española, reconoció los hechos y aceptó una condena de cinco años de prisión por los dos asaltos y el pago de una multa de 450 euros. Los sucesos se remontan al verano pasado. El procesado, de 48 años, accedió a las 16.00 horas a una vivienda forzando la entrada con un destornillador. Una vez en el interior se hizo con 600 euros en metálico y joyas. Uno de los inquilinos lo descubrió y en ese momento hubo un forcejeo entre ambos que acabó con el morador lesionado.

El acusado pudo escapar. Sus fechorías no acabaron ahí. 27 horas después eligió un bar, también de sa Pobla. Ahí metió la mano en la caja pero le vio el dueño, que intentó retenerlo. Y también fue agredido. En un primer momento la Fiscalía solicitaba para el procesado, defendido por el abogado Eduardo Gallego, diez años de prisión. Tras un acuerdo de conformidad la pena quedó fijada en cinco y una indemnización a las víctimas de más de 4.000 euros. El ministerio público apreció el atenuante de toxifrenia, ya que el hombre actuó bajo los efectos de las drogas.