La Policía Nacional está investigando la denuncia. | Policía Nacional

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La Policía Nacional está investigando la denuncia de una granadina por haber sido víctima de un ataque de 'phising' mediante una llamada de teléfono y la descarga de un programa informático, y por el que ha sufrido una pérdida patrimonial superior a los 47.000 euros en forma de transferencias y transacciones bancarias no autorizadas.

El cuerpo policial relata en una nota de prensa que todo comenzó cuando la víctima recibió una llamada a su teléfono fijo desde un número con prefijo extranjero. Al otro lado del aparato se encontraba una mujer que hablaba en inglés y que se identificó como la empleada de una de las más importantes compañías de software a nivel mundial, cuyos productos se encuentran habitualmente en cualquier ordenador personal, facilitando una dirección también extranjera y una serie de correos electrónicos de carácter corporativo para dar mayor credibilidad a su papel.

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La finalidad de la llamada tenía como objeto proporcionar un supuesto servicio de soporte técnico al haber detectado la compañía que la licencia informática asociada al ordenador de su propiedad estaba siendo usada por un hacker ruso. Seguidamente, solicitaron de ella que encendiera su ordenador y que se descargara un programa informático para poder mostrarle, a través de un servidor seguro, como su licencia había sido cancelada por el uso indebido del mencionado hacker. Una vez descargado el programa y puesto en funcionamiento, le mostraron a través del mismo las diferentes direcciones IP que se habían usado y su procedencia rusa. Tras la supuesta reparación, la falsa empleada le solicitó que hiciera un pago de tan sólo cinco euros usando su tarjeta de crédito en concepto de soporte técnico, a lo cual la víctima accedió convencida de la veracidad de lo expuesto.

Tan sólo unos días más tarde, al comprobar el estado de su cuenta bancaria, pudo comprobar que se habían realizado numerosas transferencias y transacciones de capital no autorizadas por cuantías que oscilaban entre poco más de 500 euros hasta prácticamente los 3.000, acumulando en total una cifra superior a los 47.000 euros, procediendo inmediatamente al bloqueo de la cuenta y las tarjetas y a interponer denuncia por estos hechos.