La pequeña Olivia fue secuestrada por su madre en Polonia en las Navidades de 2011. | Alejandro Sepúlveda

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Olivia Encinas ya está en Mallorca. Después de casi ocho años de lucha por parte de su padre, Alberto Encinas, la pequeña ha regresado a Pollença, a su casa, «aquella de la que nunca debió salir». Este lunes, Alberto Encinas ha querido agradecer públicamente la implicación de la Comandancia de la Guardia Civil en Palma en el caso del secuestro de su hija en Polonia, ya que significó «un punto de inflexión para que todo se precipitase y, hoy, Olivia ya esté de nuevo en casa». «Después de ocho años, se ha cerrado un libro muy oscuro».

La niña de 11 años, liberada en Polonia del secuestro de su madre, ha tenido una reacción «increíblemente positiva» al reencontrarse con su padre y con el resto de su familia en Mallorca. «Estamos muy felices», ha subrayado y ha añadido: «Ni en el mejor de los escenarios nos podíamos imaginar que ella fuera a reaccionar de esta manera», ha contado Alberto Encinas, muy emocionado a los medios de comunicación.

El padre de Olivia ha dicho que está encantando también con su pueblo, Pollença, porque la gente «nos sonríe, nos guiña un ojo, nos dejan espacio. Hay que agradecer también el apoyo que nos han dado todo este tiempo».

Agradecimiento a la Guardia Civil

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Los familiares de la pequeña han asegurado que sabían que hasta que no entrara en el caso la Guardia Civil no avanzaría y han compartido que la pequeña Olivia ha reaccionado muy bien y desde que están con ella «no ha dejado de sonreír». «Le damos amor y ella está feliz», han subrayado.

El reencuentro, ha contado el padre, se hizo «con precaución» y, entre lágrimas, ha explicado que hubo contención. «Ella miraba con curiosidad, tenía sensaciones, pero no sabía con quién se había encontrado. Nos comunicamos con ella en alemán, no le preguntamos nada, ella cuenta lo que quiere, algunas cosas, como que nunca ha ido al cole», han explicado su tía, Elena, y su abuela. Ambas han insistido en que la niña «no ha dejado de sonreír» desde que la recogieron la semana pasada del centro de menores polaco donde estaba tras la detención de su madre.

Sobre la madre pesaba una orden de búsqueda después de que la justicia determinara que había secuestrado a la pequeña, que no devolvió a su padre como habían convenido en la Nochevieja de 2011, manteniéndola consigo en distintos domicilios y sin mandarla al colegio para evitar que el padre pudiera encontrarla.

La Guardia Civil se hizo cargo del caso en 2017 y dos agentes de la Comandancia de Palma han realizado hasta cinco visitas a Polonia para recabar datos del paradero de la niña y superar la «inacción» de las autoridades del país, que finalmente dieron con la madre y la pequeña y la pusieron a disposición de su progenitor.