La acusada por el atropello mortal de Paula Fornés, y a su lado, su marido, propietario del vehículo que conducía la noche del accidente, en el juicio en Palma. | Europa Press

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Última palabra de la conductora acusada del atropello mortal de Paula Fornés en el juicio. Renata G. ha hecho uso de este derecho para dirigirse a los padres de la joven fallecida en la madrugada de la festividad de San Juan de 2018.

La acusada ha sacado una hoja pequeña del bolso y, asistida por un intérprete de polaco, ha dirigido unas palabras a los familiares de Paula, pese a que no estuvieran presentes. «No sé cómo transmitir el dolor y la pena que siento en mi corazón. Esta tragedia la sufren dos familias», ha dicho.

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La mujer, de nacionalidad polaca y 46 años, se enfrenta a una pena de 5 años y cuatro meses de cárcel por atropellar a la joven de 15 años. En la última sesión del juicio celebrado este jueves, ha manifestado: «Sé que el dinero, los 32.000 euros que he abonado, no devolverán la vida a Paula».

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A lo largo de las sesiones de estos días, varios testigos, entre ellos algunos agentes que asistieron el accidente, aseguraron que la acusada mostraba claros síntomas de haber ingerido alcohol.

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Al respecto, el abogado defensor, Miguel Ángel Ordinas, ha argumentado que la prueba etilométrica es nula, no hay tasa objetiva de alcohol. «La acusada mató a la menor, pero tiene que ser absuelta porque la prueba etilométrica no puede ser objeto de valoración y la sintomatología que presentaba era incompatible con una ingesta de bebidas alcohólicas».

En el juicio, un policía ha confirmado que, además de leerle hasta en tres ocasiones sus derechos tras ser detenida, se le practicó una prueba de alcohol y que cuadriplicaba la tasa máxima permitida.