La acusada, en una previa del juicio. | Alejandro Sepúlveda

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Uno de los agentes de la Policía Local de Campos que ha declarado como testigo en la vista oral por el atropello mortal de Paula Fornés en sa Ràpita ha asegurado que la acusada, Renata G., de nacionalidad polaca, les dijo que había consumido alcohol. «El Skoda Fabia desprendía un fuerte olor a alcohol y ella era incapaz de subir sola al furgón policial»

«Dijo que había consumido alcohol, pero drogas no», ha detallado antes de contar que la mujer ofreció hasta tres versiones de lo ocurrido aquella noche de San Juan. La acusada, que se enfrenta a una condena de hasta 11 años de cárcel, comentó este martes, el primer día del juicio, que no entiende el castellano y que la Policía Local de Campos no le leyó sus derechos ni le ofreció asistencia en su idioma.

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El agente que sometió a la prueba de alcohol a la acusada ha explicado que leyó los derechos a la mujer y que comprendió los pasos a seguir. La acusada, de 46 años, cuadruplicó la tasa máxima permitida. «En dependencias le informamos de los derechos, nos entendió perfectamente y se acogió a tres de ellos: solicitó un intérprete, un abogado de oficio y contactar con su hija».

Uno de los efectivos, que ha declarado como testigo, ha comentado que la acusada le dijo que se distrajo con el teléfono. El funcionario le pidió que le enseñara el registro de llamadas para ver si coincidía con la hora a la que ella manifestó que se había despistado, pero no pudo constatarlo al estar en polaco. «El móvil lo manipuló ella en todo momento, pasando pantallas hasta el registro de llamadas».