El acusado, durante el juicio celebrado el pasado septiembre en la Audiencia de Palma. | Guillermo Esteban

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Un hombre ha sido condenado a 12 años de cárcel por violar a su sobrina menor de edad en una finca familiar de Pollença en 2014. El acusado, de 50 años, deberá indemnizar a la víctima con 15.000 euros por los daños morales causados. Un tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma considera probado que los hechos ocurrieron alrededor de las 20.00 horas del 10 de noviembre de ese año.

El hombre recogió a su sobrina, que tenía 14 años, para ir a buscar caracoles a una finca situada en Pollença y después acudieron a un domicilio de los padres del procesado. Una vez allí, se sentaron en el sofá y el encausado empezó a ver una película pornográfica en el móvil, se lo enseñó a la menor y empezó a masturbarse.

La chica intentó marcharse pero su tío se lo impidió. Se colocó enfrente de ella, le bajó con fuerza los pantalones y la empujó. La víctima cayó al sofá y el hombre se lanzó sobre ella. Le sujetó las muñecas con fuerza y la forzó.

El acusado, que solo respondió a las preguntas de su abogado, negó en el juicio haber mantenido relaciones sexuales con su sobrina y aseguró que la denuncia era porque no le quiso comprar una moto a la niña. «No puede aceptar esta Sala que la pretendida hostilidad de la víctima con su tío venga motivada por el pueril hecho de que ese se negara a comprarle una motocicleta», indica la sentencia. «La debilidad del argumento se constata, además, por el hecho de que la menor accediera a ir a buscar caracoles con el procesado».

La joven, que ahora tiene 19 años, contó que en aquel entonces tenía muy buena relación con su tío, era como su consejero. «Hicimos un trato para que yo retirara la denuncia pero él no cumplió. Pensé que nadie me creía y que la familia se había roto por mi culpa. En el documento él admitía los hechos y se comprometía a pagar un tratamiento psicológico». Los jueces explican en el fallo que el relato de la menor es persistente y verosímil.

Asistencia psicológica

La menor requirió asistencia psicológica durante cinco años a raíz de la agresión sexual que sufrió. Estaba muy afectada.

A preguntas de la acusación particular relató que en febrero de 2017 intentó suicidarse porque estaba muy deprimida y añadió que ingresó en psiquiatría.