La joven Malén Ortiz era muy activa en las redes sociales. | Facebook

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Cada tres meses, el juez que investiga la desaparición de Malén Ortiz, envía un auto a Washington para que Facebook conserve el perfil de la menor. En un caso con pistas contadas y que se ha convertido en el mayor desafío para la Guardia Civil y el juzgado de Instrucción, la mayor red social del mundo se ha convertido en un obstáculo más.

Van a cumplirse seis años de la desaparición de la joven. Hace cinco años, el juzgado se dirigió a la empresa para pedir entrar en su perfil y acceder a todos sus datos. Contaba con permiso de los padres y el aval de una decisión judicial. Ninguna empresa española podría haber evitado ese requerimiento. Facebook lo hizo. Rehusó dar pleno acceso al perfil de una menor desaparecida para proteger su intimidad y remitió a las autoridades españolas a iniciar un procedimiento legal a través de Estados Unidos.

El magistrado remitió una comisión rogatoria que llegó a un tribunal de Washington, encargado de ejercer labores de enlace y de cooperación internacional. La respuesta volvió a ser negativa por un motivo legal. Estados Unidos sólo permite ese tipo de invasiones de la privacidad cuando el juzgado que investiga cuenta con un sospechoso viable del crimen. En el caso de Malén nunca ha existido y, de hecho, tampoco hay pruebas concluyentes de que su desaparición se produjera mediante un delito: si bien es la dirección a la que apuntan los indicios que se manejan en las pesquisas.

A falta de delito y de sospechoso, Estados Unidos rechazó requerir a Facebook que abriera el perfil que sigue cerrado. La única alternativa que le queda al juez español es insistir para que esos datos no sean destruidos por la compañía. Como es una petición que caduca cada tres meses, de forma religiosa se vuelve a formular por si la investigación avanza.

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Malén Ortiz tenía una actividad intensa en las redes sociales. El resto de páginas en las que tenía perfil sí respondieron afirmativamente a los requerimientos judiciales. En Facebook se examinaron los contenidos que mantenía en público. Sin embargo, parte del perfil podría tener restricciones, contener elementos que fueran borrados o mensajes privados a través del servicio de mensajería.

La política de Facebook es especialmente restrictiva, incluso en el caso de menores. Un tribunal alemán condenó hace unos meses a la entidad a dejar a los padres de una adolescente acceder a su perfil. Había fallecido atropellada por un tren y querían saber si fue un accidente o un suicidio. El tribunal lo permitió porque la muerte estaba acreditada. El juzgado de Instrucción 1 de Palma mantiene ahora la investigación en un archivo provisional hasta que aparezcan nuevas pruebas. El magistrado autorizó una serie de pinchazos telefónicos para agotar una vía de investigación: una persona con vínculos de amistad con la familia había sido denunciada por intentar secuestrar y abusar de una adolescente años después de la desaparición de Malén. Sin embargo, no aparecieron indicios suficientes contra él y se tuvo que cerrar esa investigación.

Nueva concentración

Este domingo se ha convocado una nueva concentración para pedir que se siga con la búsqueda de la joven desaparecida, que cumple ahora 21 años. Amigos y familiares han convocado esta cita a las 12.00 horas del mediodía en la Pinada de Santa Ponça, en Calvià. La joven Malén Zoe Ortiz Rodríguez desapareció el 2 de diciembre de 2013.