Juanjo Jiménez, con su hijo Alejandro, fallecido en el campo de tiro.

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«Tengo todo el tiempo y el dinero suficiente para llegar hasta el final y conocer toda la verdad sobre la muerte de mi hijo». Así de claro y rotundo se muestra Juanjo Jiménez, padre del militar mallorquín fallecido durante un ejercicio de tiro en Alicante.

«Alejandro adoraba la Legión Española, pero me lo han matado en un campo de tiro. Quiero que quede muy claro que estoy totalmente convencido de que la muerte de mi hijo fue un accidente, pero no engañaron, a su madre y a mí», recuerda muy emocionado Juanjo.

Nuestro protagonista aun recuerda aquel 25 de marzo de 2019 cuando estaba incorporándose como piloto de helicóptero al servicio de Salvamento Marítimo en el Estrecho. «Recibí una llamada del teniente coronel del Tercio Juan de Austria que me informaba que mi hijo había tenido un accidente grave y que estaba muy mal. Unas horas más tarde, cuando estaba de camino para Alicante me informaron que había fallecido. Cuando llegué al tanatorio, todos los mandos me dijeron que se trataba de un terrible accidente. Un proyectil rebotado le había entrado justo por la axila en uno de los únicos puntos donde el chaleco carece de protección. Sinceramente, me lo creí todo», prosigue el padre.

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Una vez que se levanta el secreto del sumario judicial salen a la luz los informes, investigaciones policiales, testificales y los diferentes autos. Hasta tres peritos distintos del instituto armado confirmana que el proyectil que mató a Alejandro Jiménez Cruz, el joven legionario mallorquín, había salido del arma del sargento del ejercicio de tiro. Hasta ese instante, la versión oficial del Ejército era que la bala era un rebote procedente del pelotón que estaba haciendo un ejercicico de fuego real del otro lado del merlón (montañita del terreno).

La autopsia resulta determinante. El proyectil no estaba deformado y tampoco había entrado por la axila, sino por le pecho derecho.

«La Ministra de Defensa, Margarita Robles, me llamó para darme el pésame. Y en todo momento mantuvo la versión de que mi hijo había muerto como conseguencia de una bala rebotada. Ella sabe que me mintió y aun estoy esperando que me llame para disculparse. Me gustaría dejar muy claro que la Legión es una fuerza militar de élite de 99 años de hisotoria y más de 10.000 caídos por España. No quiero bajo ningún concepto cargar contra el Ejército ni ensuciar su nombre, pero los culpables de la muerte de mi hijo deben pagar por ello», concluye Juanjo Jiménez.

La investigación sigue su curso y fruto de la misma se conoce que el capitán responsable del ejercicio, según la testifical de alguno de los soldados, pidió a los legionarios que mintieran a la Guardia Civil. Querían ocultar el verdadero lugar donde había fallecido el joven mallorquín y modificar la escena del crimen unos metros.