La hermana de Said Hourmati, este viernes por la mañana, en este diario durante la entrevista que concedió. | Alejandro Sepúlveda

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El pasado 15 de junio, a las seis de la tarde, el jefe de Said Hourmati, un pinche de cocina y albañil, lo dejó en la barriada de Pere Garau. Vivía con su hermana, que reside no muy lejos de allí, pero nunca llegó. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional investiga la «inquietante» desaparición del joven magrebí, que iba a casarse en su país con una compatriota. También se trata de averiguar si tuvo problemas porque mantenía una relación con una mallorquina casada.

El día de su desaparición, Said Hourmati salió de casa a las siete de la mañana. Vivía con Bouchra, su hermana, y la familia de ella. «Trabajaba en una empresa de construcción y lo recogía el jefe cada mañana, para llevarlo al trabajo. A la vuelta, le dejó en Pere Garau, pero como no tenía llaves no fue directamente a casa, sino que acudió a un bar. Iba sucio, vestido de albañil, así que es muy raro que hiciera planes para salir de noche sin pasar por mi casa», cuenta la hermana, en una entrevista con Ultima Hora.

Era sábado y Bouchra pensó que se había marchado con unos amigos, así que no le dio importancia. Cuando fueron pasando las horas y no volvía se inquietó. Su móvil, además, estaba desconectado. El lunes, a las siete de la mañana, le llamó el jefe de Said: «No se ha presentado al trabajo». Fue entonces cuando la mujer acudió a la Policía Nacional e interpuso una denuncia por su desaparición. En su casa estaba el pasaporte, su ropa y su dinero. No había cogido nada. Poco antes de desaparecer había enviado 600 euros a su madre, en Rabat, para la boda que tenía prevista ese mismo verano.

Said trabajó durante años en una finca mallorquina, donde mantuvo una relación muy estrecha con la dueña, una mujer casada bastante mayor que él. Ahora, la policía investiga si el marido de esa señora llegó a amenazar al trabajador magrebí. Esa señora, que al parecer ha cambiado varias veces de versión, ha reconocido que la tarde noche que desapareció habló con él. Luego, añadió que se había ido a Felanitx con unos amigos. Nunca se pudo confirmar este extremo.

La hermana de Said no quiere entrar a valorar estas líneas de investigación, «para no entorpecer el trabajo de la policía», pero recuerda que Said estaba ilusionado con los planes de su boda: «Saida, su novia en mi país, está destrozada, no sabe nada de él ni qué ha pasado», concluyó.

«No se fue de forma voluntaria»

El hecho de que su hermano no se llevara nada de casa y que el pasaporte apareciera allí, en una carpeta, hacen pensar a Bouchra que Said no se marchó de forma voluntaria: «Algo muy malo le ha pasado». El joven marroquí desaparecido trabajó en la hostelería en Mallorca y era pinche de cocina. Últimamente estaba empleado en la construcción, como albañil.