El policía local acusado de obstrucción a la justicia, este martes en el juicio. La magistrada encargada del mismo cortó cualquier alusión pronunciada en la vista al resto de derivadas de la causa y exigió que se centrara el debate en lo ocurrido el día que se produjeron las amenazas de las que se acusa al agente.

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Una testigo protegida del ‘caso Cursach’, que denunció en la causa que policías locales de Palma iban a orgías, admitió este martes en un juicio que mantiene una relación sentimental con uno de los agentes del Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional encargados de esa investigación.

La testigo fijó el inicio de esa relación de pareja en julio de 2017, después de sus primeras declaraciones en la causa que motivaron que se le diera la protección. El agente con el que tiene ahora la relación no es uno de los investigados en el ‘caso WhatsApp’. De la mano de esta mujer también declaró y también se declaró testigo protegida a una amiga suya. Este martes, ambas declararon en el juicio por obstrucción a la Justicia contra un policía local de Palma investigado en la trama que fue pareja de esta segunda testigo y que tiene un hijo en común con ella.

La Fiscalía mantiene una petición de un año y medio de cárcel contra el agente. Sostiene, en base al relato de la testigo protegida, que el acusado le dijo su número en la causa y la amenazó: «Dos de mis compañeros han ido a la cárcel por tí porque te vas de la boca y, como te vas de la boca vamos a ir a por tí», mientras con la mano imitaba una pistola. El acusado niega esas frases que se produjeron cuando la mujer recogía a su hija en casa de la madre del acusado, en un intercambio dentro del régimen de custodia compartida que tenían respecto a la menor.

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Según declaró la testigo protegida, el acusado «estaba histérico». Admitió que la relación entre ambos, tras la ruptura de la pareja era mala: «Siempre hemos tenido problemas. Nos llevábamos mal».

El policía, defendido por el letrado Iván García, negó los hechos y aseguró que desconocía en ese momento el número de la testigo protegida. Según sostiene ocurrió meses antes un incidente en el que las dos testigos protegidas le increparon en un bar y le dijeron: «Vas a ir a Subi y a Angélica», en referencia el fiscal entonces a cargo de la causa y a la regidora. Ambas aludidas negaron haber pronunciado esa frase.

Policía local

Tras la denuncia de la madre de su hija, el policía local que fue este martes juzgado ingresó en prisión preventiva. Salió unos meses después con la orden de que abandonara Mallorca y durante más de un año tuvo que residir en Menorca. Ahora mantiene una orden de alejamiento respecto a la testigo protegida. Durante la instrucción se han producido varias condenas por coacciones a testigos, tres respecto al 29, otra a un sobrino de Bartolomé Cursach respecto a la testigo 31, la Madame, y dos policías locales. El único absuelto por el momento es un empresario de Magaluf que sólo fue condenado por quebrantar una orden de alejamiento respecto a otro testigo.