Una de las lanchas dañadas, en el taller para repararlas. | Redacción Sucesos

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Un empresario del Port de Sóller, dedicado al alquiler de embarcaciones sin tripulación, ha visto saboteadas por segunda vez en un mes las cuatro lanchas neumáticas de su negocio. Este miécoles por la mañana, al llegar al pantalán del puerto autonómico donde tiene amarradas las barcas, observó que estas estaban muy desinfladas. Al intentar recuperar la presión vio que habían sido literalmente «rajadas» durante la noche quedando inutilizadas.

Pavlo Myzynchuk, el empresario, asegura que «la persona o personas que han hecho esto sabían lo que hacían. Primero pincharon las barcas para después poderlas rajar casi un metro sin provocar el ruido que hubiera supuesto cortarlas directamente».

Pero el empresario del Port, de origen ucraniano, ha asegurado que este es «el segundo sabotaje en menos de un mes». El pasado 25 de julio al llegar al pantalán observó «algo extraño» además de «pisadas» y restos de algún tipo de pasta. Muy alarmado no encendió los motores y al revisarlos descubrió que alguien había introducido pasta de esmerilar en la boquilla del aceite. «Se ve que la intención era que los motores fueran fallando dejando a los tripulantes tirados en la mar para hacernos más daño todavía».

Los hechos han sido denunciados a la Guardia Civil y las barcas tuvieron que ser varadas para su reparación, muy costosa, aunque todo el material está asegurado.