Guardia Civil y Policía Local de Andratx, entrevistándose con algunos de los implicados. | Michel's

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Batalla campal en el Port d’Andratx. La madrugada del viernes al sábado, a las puertas de una conocida y polémica discoteca ubicada en la carretera del puerto, se vivieron momentos de nerviosismo, tensión y gran violencia. En torno a las 04.25 horas de la madrugada, una pelea que se inició en el interior de la citada sala de fiestas y que la seguridad propia del establecimiento logró controlar y expulsar a los implicado a la calle, desencadenó en una multitudinaria reyerta en la que participaron más de 50 personas.

Rápidamente, agentes de la Policía Local de Andratx, Guardia Civil de Calvià y una ambulancia del SAMU-061 se personaron en el lugar. A su llegada, los agentes mediaron en la trifulca y consiguieron calmar los ánimos. De hecho, muchos de los implicados en la pelea, al detectar la presencia policial, huyeron del lugar.

Mientras que los funcionarios policiales trataban de esclarecer los hechos y separar a las partes implicadas, los facultativos se hacían cargo de la asistencia de los heridos. Una muñeca rota, fractura de nariz, policontusiones por todo el cuerpo e incluso una pérdida de conocimiento a consecuencia de los golpes, fue el balance provisional de los jóvenes que precisaron recibir atención facultativa.

En la batalla campal participaron hasta cuatro grupos diferentes de chicos, gran parte de ellos conocidos por la policía por sus múltiples peleas. Finalmente, en las proximidades, otra patrulla logró detener a dos de los instigadores de la reyerta cuando trataban de huir en coche. En el registro también se les incautó marihuana. Se identificaron a los participantes y a los turistas que resultaron agredidos.

Un conflictivo local donde cada fin de semana hay peleas

Los vecinos de la zona ya no pueden más. Desde hace meses, todos los fines de semana, una polémica y conflictiva discoteca ubicada en la carretera del Port d’Andratx se ha convertido en el epicentro de peleas, gritos y altercados. «Todos los días tiene que venir la policía y la Guardia Civil. Ya estamos cansados. Queremos descansar tranquilamente», comentan los vecinos. Por otra parte, en los próximos días también se vigilará si dentro del local permiten la entrada de menores y si cumplen con las medidas de seguridad.